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Con la recuperación de DeMarcus Cousins, el quinteto de los Golden State Warriors será soñado: Curry, Thompson, Durant, Green y el mencionado pivote. Pero el sueño podría acabarse pronto, ya que tres de cinco jugadores finalizan sus contratos con el conjunto de la Bahía a mediados de año. Los dirigentes de la franquicia ya piensan en como renovarlos.

El caso de Cousins es particular. Rebajó su sueldo para unirse al equipo por una temporada y Steve Kerr ya ha dejado las cosas claras en cuanto al futuro del jugador: “No vamos a tener dinero para retenerle el próximo año, así que queremos ayudarle a ganar un campeonato y que pueda firmar un gran contrato con otro equipo.” En cambio, con Thompson y Durant las esperanzas existen.

Klay llegó a los Warriors via Draft en 2011 y conquistó el corazón de los aficionados a fuerza de triples y campeonatos. Sus ganas de continuar su carrera allí son públicas, pero también espera una propuesta que ronde los 188 millones de dólares por 5 años. Al parecer, Kevin Durant presenta un grado mayor de dificultad. Será un objetivo codiciado en la siguiente agencia libre y su futuro es una incógnita, ya que ofertas no le faltarán.

Esta temporada los Warriors gastan alrededor de 195 millones de dólares en el salario de sus jugadores, (esto incluye el impuesto de lujo). De firmarles un contrato máximo a Thompson y Durant, el gasto total destinado a los sueldos de la plantilla podría dispararse a 355 millones de dólares (173 de salarios y 182 de impuestos de lujo). El as bajo la manga es el siguiente: los números cerrarían con los 100 millones que esperan facturar al mudarse a su nuevo estadio en San Francisco. El Chase Center y el trabajo financiero de la institución serán clave para asegurar un par de años más de éxitos deportivos.