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El mundo de Facundo Campazzo tuvo muchos cambios en el último tiempo. Esta temporada debió mudarse primero a Dallas, aunque luego fue cortado y decidió volver a Europa, donde firmó en el Estrella Roja, donde vive una situación especial, sin poder jugar en la Euroliga hasta marzo.

En este sentido, el argentino habló en su ya habitual columna de La Nación y dio un detalle durísimo de su corte en los Mavericks: “En los últimos días en Dallas estaba bien, no estaba jugando, pero estaba bien. Hacía mi trabajo, me entrenaba, hacía las tareas extras, me quedaba tirando y esperando mi oportunidad. Pero todo resultó como no pretendía, porque me enteré que me cortaban por Twitter. Nadie me había dicho nada, les escribí a mis agentes y me dijeron la versión estaba muy fuerte” a su vez, agregó: “Yo sabía que mi contrato no era garantizado, entonces, sabía que podía pasar. Pero la verdad es que fue un poco movido todo”.

En ese momento, luego de entrenarse en Dallas durante dos semanas, se fue a Madrid para poder negociar su futuro en el Viejo Continente, donde detalló las negociaciones fallidas con el Real: “Con algunos equipos, como Real Madrid, no pudimos llegar a un acuerdo. La temporada estaba por la mitad y eso hizo que se hiciera más difícil volver a cerrar un acuerdo con ellos. Lo concreto es que tanto el Madrid, como yo, hicimos todos los esfuerzos posibles, pero no pudimos cerrar el tema. No se pudo, no se pudo, fue una pena. Estoy muy agradecido que siempre demuestren interés por mí. Nunca estuvimos en malos términos”.

Por otro lado, su fichaje por el Estrella Roja tuvo una razón grande, Luca Vildoza: “Me decidí por Estrella Roja porque estaba Luca y porque me gustó el desafío de competir en una liga como la de Serbia, de jugar Euroliga con ellos”. Y explicó: “Siempre busqué tomar las mejores determinaciones. Porque más allá de que lo de la NBA no resultó como pretendía, estoy en un muy buen equipo de Europa y en actividad. Si bien no estoy jugando Euroliga, lo importante para mí era tener minutos, tener confianza, poder sentirme valioso. Podía seguir esperando, pero tampoco soy terco, porque sabía que después del corte todo se iba a complicar más en la NBA”.

Por otra parte, comentó sus sensaciones actuales: “La verdad es que me siento en mi mejor momento, tanto física como mentalmente. Así las cosas, ya no estaba dispuesto a esperar tanto, porque esperé un montón. Sabía que podía haber un corte, sabía qué tipo de acuerdo tenía con Dallas, entonces no me tomó por sorpresa, me tomé las cosas con calma. Y como me siento muy bien, entendí que debía volver a Europa para jugar, para sentirme un jugador importante”.

Ante un momento de su carrera donde la incertidumbre estaba a la orden del día, decidió trabajar en lo que él podía controlar: “Cuando apareció la seguidilla de cosas que nunca me habían pasado, como el corte de la NBA, que no conseguía equipo en la NBA antes de lo de Dallas, irme a Madrid y después a Belgrado… Bueno, no sé. Llegó un momento en que decía: ‘Basta. Ya está. Quiero estar en un equipo y tener minutos. Lo que más extraño es jugar al básquet’. Viví momentos de ansiedad, de calma, pero en todo momento sabía que había cosas que no podía manejar de esa racha. Que me fiche o no un equipo de la NBA no era mi determinación, que juegue o no en la Euroliga tampoco estaba a mi alcance; entonces, puse mi energía en las cosas que sí puedo controlar. Y eso te permite conocerte más”.

En cuanto a la polémica por no poder jugar en Euroliga hasta el 1 de marzo, dejó en claro que “fue un problema que me excedió. Porque una vez que fiché con Estrella Roja saltó la sanción contra el club que no me permite jugar. Y la verdad que yo entiendo a todas las partes, a los clubes que levantaron la voz por entender que podía haber alguna ventaja para Estrella Roja, a la Euroliga que sanciona para evitar esos problemas, pero acá el que quedó en el medio del fuego cruzado fui yo”.

Sin embargo, también destacó que “entiendo que ante este tipo de escenarios sería bueno buscar alguna otra forma para aplicar sanciones, que recaigan sobre el club, pero no sobre los jugadores. Porque se perjudica al jugador, porque somos nosotros los que hacemos a la competencia y sería bueno considerarlo”.

En cuanto a la Liga Adriática, comentó: “Me encontré con una liga competitiva, claro que no es la Euroliga ni la ACB, pero sí una competencia con buen nivel, con muchos jóvenes con talento, que saben jugar, con canchas de visitante que son muy ásperas. Es una liga que a nivel pasión es muy similar a la Argentina, con formas de trabajar similares, para lo bueno y lo malo”.

A su vez, la rivalidad con Partizán le es muy familiar: “Me hace acordar mucho a la que hay en los cruces entre Peñarol y Quilmes”.

Por último, analizó lo que se viene para la Selección Argentina, con dos duelos claves: “Tenemos dos partidos durísimos. Canadá, de mínima, es un equipo ACB. Siempre compite. Es una prueba muy grande. Y República Dominicana lleva mucho tiempo jugando juntos, en las ventanas, en los torneos… De hecho, en la Copa América fue uno de los equipos más complejos de superar. Además, si perdemos el primero tenemos que jugar una final con Dominicana. Hay mucho en juego en estos dos partidos. Creo que vamos a armar un lindo equipo para tratar de conseguir las dos victorias.