Especial

Leandro Bolmaro, el crack que hace lo que el equipo necesita

10:04 01/06/2021 | El cordobés es una de las apariciones más importantes de este siglo para el básquetbol argentino, pero su valor más grande excede a su talento.

Bolmaro peleando un balón con Micic (Foto Getty)

Leandro Bolmaro es un chico que, con 20 años, ha vivido los últimos dos arriba de una montaña rusa. Desde el 2019, cuando ya empezó a rotar con el equipo mayor, luego de un Mundial U19 donde sorprendió a todos en la primera jornada, pero que no pudo explotar por una lesión. Sin embargo, en estos dos años pasó todas las pruebas y se metió en la élite. Hoy, absolutamente nadie duda de su presencia con Argentina en Tokio. 

Antes de la F4 en Colonia, cuando le preguntaron a Sarunas Jasikevicius, que no regala ni minutos ni elogios, por lo que estaba haciendo Bolmaro, habló muy bien de él, pero sobre el final fue muy claro: "Él ha mejorado mucho en los últimos tiempos, pero la Final Four es otra cosa". Seguramente, cuando escuchó eso, Leandro pensó que su única chance de jugar era, simplemente, estar preparado para lo que fuera. 

En las semis, pese al peso de Calathes en el Barcelona, Jasikevicius se dio cuenta que tenía que emparejar la defensa del pick and roll con alguien que pudiera cambiar defensivamente con el pivote sin dar ventajas, y se la jugó por Bolmaro por sobre Adam Hanga, todo un experimentado, con F4 encima y demás, pero el lituano vio que Bolmaro podía darle algo más. Y el cordobés entró a hacer un trabajo sucio, lo que le valió ganarse muchísimo tiempo en cancha, sobre todo por su versatilidad. Su primera función fue secar a Kevin Punter, que venía haciendo estragos, y lo hizo muy bien. 

Bolmaro le dio en ese partido al Barcelona la chance de protegerse mejor atrás cambiando en las defensas del pick and roll, sin importar quién fuera el grande. De hecho, el pivote del Milano, Kyle Hines, con sus 9 F4 encima, es más bajo que el argentino (1.98 contra 2.01). Pero había que emparejar la potencia y experiencia, donde Hines le sacaba cuerpos de luz. Y Bolmaro lo hizo. También tuvo que bancarse al Chacho Rodríguez por momentos, y a Shavon Shields. Del 1 al 5, todos. Lo de "la Final Four es otra cosa", quizá hablaba de esto. En la F4 juega el que se lo merece, no importa si en la espalda dice Gasol o Bolmaro. 

Para la final, se creía que no tendría tantas oportunidades, aunque la mala situación física de Calathes podía llevar a pensar en más minutos suyos como base alternativo, pero Saras lo volvió a usar de rueda de auxilio. Mucho contra Micic, a quien por físico le calzaba bien, pero también con Larkin, que al ser mucho más petiso lo complicaba con su velocidad. Bolmaro siempre respondió, le fuera bien o mal. Callado la boca. En la final no le tocó bancarse internos, pero sí a la dupla perimetral, algo mucho peor. 

Para contextualizar lo importante que terminó resultado la polifacética tarea de Leandro, hay que ver el último cuarto. Jasikevicius lo sacó tras un par de errores consecutivos del cordobés (1 pérdida y 1 falta), pero lo reingresó apenas 59 segundos después, para dejarlo hasta el final del partido. Mientras Gasol, Calathes y Abrines lo miraban desde el banco, Jasikevicius cerró con Bolmaro, Higgins, Kuric, Mirotic y Davies. 

Sumando los 2 partidos de la F4, que es otra cosa, Bolmaro promedió 5.5 puntos, 3.0 rebotes y 3.0 asistencias en 25m44s de media, apenas 3 minutos menos que Mirotic y 1 menos que Higgins, los dos únicos que vieron más acción que él en Colonia. Pese a su talento, enorme y sin límites a futuro, Bolmaro entendió ese legado que la Argentina viene transmitiendo hace un par de décadas, donde lo importante, como decía Magic Johnson, es qué puedo hacer yo por el equipo, y no al revés. 

Leandro tiene 20 años, cumplirá 21 el 11 de setiembre, y si no pasa nada extraño estará en los Juegos Olímpicos de Tokio sumándose al grupo que salió subcampeón mundial en China 2019, para terminar de empaparse desde adentro con la fórmula que nunca falla. Después vendrá la NBA o más protagonismo en Barcelona, pero algo quedó absolutamente claro: este pibes es de los buenos en serio. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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