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Los viajes de León

19:42 25/05/2022 | El legendario entrenador argentino solía viajar a Estados Unidos y Europa, y en cada uno era una aventura diferente, como cuentan varios de sus acompañantes.

Najnudel y sus viajes por Europa y Estados Unidos.

León Najnudel cambió la vida del básquet argentino con la Liga Nacional. Pero no solo en eso, sino que impartió su conocimiento con gran cantidad de entrenadores, dirigentes y periodistas y a muchos de ellos les mostró otro mundo.

Y ese otro mundo era Estados Unidos. Como cuenta Marcelo Nogueira en el Libro Historia de un Adelantado, para León era fundamental viajar a distintos países de Europa o Estados Unidos “para aprender de los demás” decía con frecuencia.

Horacio Seguí, Alberto Finguer, Julio Lamas, fueron algunos de los que lo acompañaron a visitar a distintas Universidades de la NCAA. “Lo conocían todos. Él aprendió a hablar inglés a los ponchazos, el inglés que hablan los jugadores negros, que le servía para comunicarse con ellos y sus representantse” comentó Alberto Finguer.

Y en Europa también era una eminencia, más precisamente en Zaragoza: “Me llevó a un pub. Estábamos ahí y en un momento se paró la música. Entonces el presentador del show agarró el micrófono y dijo: ‘señores y señoras se encuentra entre nosotros León Najnudel’. La gente giró la cabeza hacia nuestra mesa y empezó a aplaudir”.

Y los viajes eran solo de básquet, como recuerda con una frase Julio Lamas, cuando se había quedado mirando el Central Park de Nueva York: “Julio, es un parque como cualquiera. Vamos que llegamos tarde”.

El propio Marcelo Nogueira tuvo grandes experiencias con León, sobre todo en el Bronx, tal cual contó.

“Vamos a ver una liguita de verano en el City College, cerca de Harlem”, me dijo. “Vamos”, dije. Estaba seguro, no me asustaba el Harlem mientras estuviera con “la llave” de León.

El taxista nos miró desconfiado cuando se le indicó la dirección, en lo profundo de Manhattan. El City College de New York (CCNY) queda en la 138 y Covent Avenue, en territorio dominado por la raza negra, puertorriqueños y cubanos disidentes. Fue la primera universidad pública, conocida como la universidad del Harlem. Y su gimnasio lleva el nombre de Nat Holman, un base blanco que brilló en los comienzos de nuestro deporte, líder en su puesto, integrante de los Original Celtics, conocido como Mr. Basketball, luego entrenador. Ya en esa zona, en ese ambiente, no se habla el inglés estadounidense, ahí se habla el slang, algo así como nuestro lunfardo. Descubrí en ese momento que León, porteño de Villa Crespo, entre otras cosas, tenía gran aceptación en esos ambientes porque él hablaba el slang. Era uno más del barrio.

En ese viejo gimnasio, que fue albergue de la primer final de la NCAA cuando era nuevo, en la cancha mostraba sus destrezas Mark Jackson, nacido en el barrio de Queens, hijo de madre dominicana y padre afroamericano, formado en St. John’s como dijimos e ídolo por entonces de New York Knicks. Sí, Jackson, acompañado de otros tantos que estaban a años luz de sus habilidades pero que buscaban un trabajo para la próxima temporada frente a nuestros ojos y de otros varios entrenadores de distintos países que llegaban con la misión de encontrar un par de refuerzos para sus equipos.

En el primer medio tiempo de un partido, nueve jugadores corrieron hacia el banco para descansar, mientras que Jackson cruzó la cancha, gritó “Liiiiooonnnn” y lo abrazó al Ruso. Me quedé helado. Pasó el momento, lo miré al Ruso y me dijo: “¿Qué querés, que te salude a vos? Lo conozco de pibito, cuando Lou lo reclutó”.

Salimos del Nat Holman Gymnasium y nos fuimos, ahora sí, al corazón del Harlem, al Rucker Park, en la calle 155 y 8va., donde se encuentra el Holcombe Rucker Basketball Courts. Esa se convirtió en una visita “turística” para pisar las baldosas por donde hicieron sus diabluras “The Destroyer” Hammond, “La Cabra” Manigault, el Doctor J, Kareem Abdul-Jabbar cuando era Lew Alcindor, y también Harthorne Wingo, quien llegó a integrar el equipo campeón de los Knicks ‘73 y luego fue dirigido por León en Ferro Carril Oeste.

Fuente: 
León Najnudel, Historia de un adelantado

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