Basquetplus.com

La Liga Nacional comenzará este miércoles a las 19.30, en Córdoba, su capítulo número 39. A casi 4 décadas de los momentos en los que se definió su creación allá por comienzos de los años 80, de la mano de un soñador como León Najnudel, en cada día que un nuevo torneo arranca, sus sueños reviven en las emociones de todos los que, de alguna manera, participamos de ella. 

Es inevitable sentir ese amor por la Liga que nos viene dando de comer hace tantos años, pese a que una vez más sobrevuela una enorme crisis económica, la número ¿cuánto? La Liga superó hiperinflaciones, devaluaciones monstruosas, efectos de rebote de crisis en otros países, un presidente que se fue en helicóptero y ahora una extenuante y larga problemática económica que, para peor, no tiene un horizonte mejor claro. 

Pero la Liga sigue. Y seguirá. Tiene estos problemas externos, en los que puede resolver poco, y tiene problemas internos, algunos de los cuales podrían mejorarse, aunque siempre encerrados en una dinámica económica que complica y, muchas veces, también justifica. 

Una primera buena noticia es que se volvió a la tradicional competencia única, sin Súper 20, sin ese extra de partidos que no servían de mucho, más que como una especie de pretemporada oficial. Buen avance, como así también que se termine en mayo, para darle tiempo a los que tengan que prepararse con la selección para el Mundial (al que esperemos se clasifique el equipo), y también para acortar en el tiempo los enormes gastos logísticos que nuestra competencia provoca. 

Seguimos pensando que, en esta realidad que nos toca vivir, jugar con 20 equipos es dar una enorme ventaja en muchas cuestiones y recibir poco a cambio. Desde la organización sostienen que, de este modo, se suman mercados, pero la realidad no marca que esos nuevos mercados estén aportando demasiado. 

Lo que sí se nota a simple vista es que cada vez cuesta más conformar equipos competitivos con jugadores argentinos. Este año se comenzará con 53 extranjeros, con 4 equipos sin foráneos de arranque (Ferro, Independiente, Instituto y San Lorenzo) y uno, Obras, que tendrá 10. Es cierto que en muchos casos son juveniles de la región a prueba o en formación, y que apoyamos que Argentina chupe todo el talento posible de Latinoamérica.

El tema es que entre los que se van afuera (muchos), los que vuelven (pocos) y lo caros que son los extranjeros buenos en este contexto de dólar alto, cada vez suben más jugadores de la Liga Argentina a la primera categoría, y la competitividad termina disfrazando una realidad: se está emparejando deportivamente para abajo. Las competencias internacionales lo vienen marcando. Seguramente, cuando la situación económica mejore (rogamos por eso), esto variará, quizá bastante, pero seguirá siendo muy difícil repartir a los argentinos de mejor nivel, que no sobran, entre tantos equipos. 

Hacer de la Liga Nacional un producto de élite, sobre todo ahora que la propia Liga tendrá el manejo televisivo del 70% de sus partidos a través de la plataforma Básquetpass, creemos que sería un buen negocio, además de una idea inteligente desde lo deportivo. En una era donde la competencia por el entretenimiento es la más feroz jamás vista, si bien siempre habrá un nicho en el público que consuma nuestra Liga, será muy difícil poner algo premium como para poder crecer. Es nuestra visión. Equivocada probablemente. 

La realidad es que hoy volvemos a soñar. Cada partido inaugural revive imágenes, fotos, figuras, estrellas, secuencias de tiempos (otros, ni mejores ni peores), en los que fuimos felices. En definitiva, los que estamos de este lado sabemos que esto es parte de una pasión, que el bueno de León nos inyectó en las venas.