Basquetplus.com

Tres fechas, tres equipos, tres capítulos de oro en la historia de la Liga Nacional. Y todos, celebrados un 25 de mayo, haciendo patria con una pelota naranja:

La epopeya de Estudiantes de Olavarría en la 1999/2000 fue mucho más que un simple campeonato: fue el nacimiento de un equipo inolvidable. Con Sergio Hernández como artífice, el Bata pasó de pelear el descenso en 1998 a barrer en playoffs a Quilmes (3-0) y Gimnasia CR (3-0), para llegar a una final vibrante contra el bicampeón Atenas de Córdoba. El equipo olavarriense construyó su identidad desde la profundidad del plantel, con figuras como Wolkowyski, Eubanks, Daniel Farabello y un joven Nicolás Gianella. El séptimo juego, ante más de 7.500 personas en un Maxi Gimnasio repleto, fue una batalla que se definió en los últimos minutos con un triple salvador de Gianella y una volcada a una mano que selló el 80-71 definitivo. Eubanks fue el goleador de la temporada con 27.5 puntos de promedio, mientras que Wolkowyski se quedó con el MVP de las finales.

Cinco años más tarde, Ben Hur de Rafaela construyó su propia historia grande. Lo hizo con una temporada regular arrolladora: 46 victorias y apenas 9 derrotas, para firmar el mejor récord histórico (83.6%). Julio Lamas regresó de Europa para ponerse al frente de un plantel que combinó liderazgo con obreros del juego. Leo Gutiérrez, MVP de la fase regular y las finales, fue la bandera de un equipo que encontró en Ramzee Stanton una aparición determinante. Luego de barrer a Gimnasia CR y Conarpesa, Ben Hur superó al campeón defensor Boca en la final, con una serie que se cerró en cinco partidos. El título se selló el 25 de mayo de 2005 en el Coliseo del Sur con un 102-92, con 27 puntos de García, 19 de Leo y 18 de Legaría, ante un estadio colmado.

Para 2010, la escena era marplatense. Peñarol comenzaba su era dorada con la dirección de Sergio Hernández y un núcleo de figuras que se convirtieron en leyenda. Gutierrez volvió a ser el estandarte, rodeado por Legaría, Leiva, Sebastián Rodríguez y el explosivo Kyle Lamonte. Ese año ganaron absolutamente todo: el Súper 8, la Copa Desafío, la Interligas, la Liga de las Américas y, claro, la Liga Nacional. En la final enfrentaron nuevamente a Atenas, pero esta vez no hubo épica cordobesa: fue 4-1 para los milrayitas, con dominio absoluto en todos los frentes. El 25 de mayo, el quinto título en la temporada se convirtió en símbolo del inicio de un tricampeonato histórico.