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Luis Scola comenzó su trayectoria profesional en el básquet argentino con Ferro Carril Oeste. Su debut en la Liga Nacional ocurrió el 2 de febrero de 1996, con apenas 15 años, en un partido ante Deportivo Roca. En ese encuentro jugó solo un minuto y no anotó, vistiendo la camiseta número 4 en homenaje a su padre, Mario. Esa temporada participó en otros tres partidos, sumando sus primeros puntos como profesional.

En la campaña siguiente, con el regreso de León Najnudel como entrenador, Scola comenzó a tener mayor protagonismo. Integró un equipo joven con talentos como Diego Lo Grippo y Martín Budding, y a pesar de las adversidades —como las lesiones y la enfermedad de Najnudel— jugó 43 partidos, con promedios de 5.3 puntos y 2.4 rebotes. Su talento llamó la atención a nivel nacional, tanto que fue seleccionado para el Juego de las Estrellas 1997 con solo 16 años.

Ese equipo juvenil de Ferro, reforzado con extranjeros, logró alcanzar las semifinales del torneo, cayendo ante Boca Juniors, futuro campeón. Scola se destacó por su madurez en el juego pese a su juventud, y compañeros como Fabricio Oberto destacaron su intensidad y capacidad ofensiva, considerándolo un jugador difícil de marcar incluso en sus primeros años.

La temporada 1997/98 consolidó a Scola como una promesa cumplida. Promedió más de 20 minutos por partido, anotó en doble dígito durante 20 encuentros consecutivos y terminó el año con promedios de 10.4 puntos y 4.8 rebotes en 54 partidos. Aunque su paso por la Liga Nacional fue breve, dejó claro desde el inicio que estaba destinado a una carrera destacada, que se extendería por más de dos décadas a nivel internacional.