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La historia de Bismarck Biyombo es de esas que merecerían una película. O una serie. Nacido en la muy humilde ciudad de Lubumbashi, en la República Democrática del Congo, su sueño desde muy pequeño era jugar al básquet. Su físico y altura lo hacían creer, pero su padre no lo apoyaba en el proyecto, hasta que a los 16 años tomó coraje y se fue a jugar una liga a Yemen, donde lo vio el reconocido entrenador portugués Mario Palma, quien lo conectó con España. Biyombo fue a entrenarse a Vitoria con Pepe Laso (padre de Pablo), pero el que lo vio y no dudó fue Ferrán López, director deportivo del Fuenlabrada. 

El Fuenla lo acogió como un muchacho más, con una proyección importante, pero seguramente pocos imaginaban que solamente un par de años después, la NBA lo convocaría para pegar el salto. Atrás quedaba la reciente EBA, la LEB Plata y los escasos 14 partidos con Fuenla en la ACB, que le valieron para ser elegido con el número 7 en la primera ronda del draft 2011. En España quedaron bastante enojados con él, porque tras darle todo, Biyombo se fue sin permiso al Nike Hoop Summit en abril del 2011, cuando el equipo se jugaba el pase a los playoffs, y nunca volvió.

Del 2011 hasta acá, Biyombo dio casi siempre lo mismo: intensidad defensiva, algunos pocos puntos, y muchísima defensa. Y cada minuto que tuvo se lo ganó con esfuerzo. Nadie le regaló nada. Quizá por eso, y por su historia de vida, a Biyombo le tocó ahora tomar otra gran decisión, tras la muerte de su padre en Turquía en agosto del año pasado, tras varias semanas primero en el Congo: construir un hospital en su país de origen.

Biyombo, tras la muerte del padre, no fichó en ningún equipo NBA, pero en enero tuvo la chance de volver y, tras un contrato de 10 días con Phoenix, demostrar que estaba para darle una mano grande al mejor equipo de la NBA, por lo que renovó hasta el final de la temporada, por la que cobrará en total algo más de 1.5 millones de dólares. 

Aunque Biyombo ha tenido un contrato grande que le permitió asegurarse el resto de su vida si no hace nada raro, tomó la decisión de utilizar el salario de todo este año para construir un hospital en el Congo, luego de la experiencia vivida con su papá. "Cada vez que iba al hospital a cuidar a mi padre, veía un montó de gente que sufría por lo que estaba pasando. Para volver a la NBA necesitaba una motivación. Lo hablé con mi agente y le dije que este año quería dedicárselo a mi padre, que le dedicó toda su vida a mí y a mis hermanos y hermanas. Y a servirle a los demás. Entonces le dije a mi agente que mi salario de este año iba a ser para la construcción de un hospital en el Congo para darles esperanza a los desesperanzados. Y darles mejores condiciones, porque yo tengo la bendición de tener un plan médico que me permitiño evacuarlo del Congo y llevarlo a Europa, pero ellos no la tienen. Entonces, de alguna manera, este hospital buscará continuar el servicio de mi padre hacia los demás". 

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