Informe

La historia negra detrás del no de Kidd y de la llegada de Billups a Portland

12:34 29/06/2021 | El exbase se bajó de su posible fichaje solo, y ahora Chauncey Billups será enfocado por el mismo motivo: su pasado por denuncias de violencia de género y violación.

Kidd y Billups, en problemas cuando se les recuerda el pasado

Los Blazers son una franquicia destinada al sufrimiento. Salvo cuando salieron campeones en 1976, con el gran Jack Ramsay como entrenador y el vegetariano Bill Walton como estrella, después estuvieron cerca muchas veces, pero nunca pegaron el batacazo. Ni con Clyde Drexler, que se topó con la era Jordan, ni con Brandon Roy, ni con LaMarcus Aldridge, ni ahora con Damian Lillard. Una tras otra, las frustraciones se suman. 

Tras la última, a manos de Denver, en la primera ronda de estos playoffs, terminó el poco exitoso período de Terry Stotts como entrenador, y Lillard creyó conveniente salir a decir públicamente que quería que ficharan a Jason Kidd en su lugar. Pero la jugada le salió mal, porque el propio Kidd, luego de agradecer su gesto, dijo que no iba a ir a un lugar donde no lo hubiese pedido los directivos. Sin embargo, de a poco, otra realidad salió a la luz. 

Jason Kidd no ha tenido una vida ni un comportamiento ejemplar. Todo lo contrario. En el 2001, se declaró culpable de golpear a su luego esposa (ahora ex), Joumana, pagando una multa de 200 dólares. Pero 6 años después, Joumana pidió el divorcio argumentando abuso físico de Kidd durante todo ese tiempo, además de innumerables actos de adulterio. 

Los hilos empezaron a atarse y los que conocen más de cerca a Kidd comentaron que Jason prefirió declinar el muy atractivo empleo cuando vio el movimiento en su contra que se empezó a hacer en la ciudad por su pasado violento. Si no, no se entendería cómo iba a rechazar semejante oferta cuando la estrella del equipo es la que te pide. Pero los problemas no terminan ahí para los Blazers. 

Después, en una de las movidas menos comprensibles, si se quiere, la directiva fue por dos polos opuestos como finalistas para el cargo: Becky Hammon y Chauncey Billups. Se podría decir que con Billups intentó ir para el lado de Kidd (exjugador reciente, joven, exbase), aunque sin tanto apoyo de Lillard, y con Hammon, ¿buscó instalar la filosofía Popovich en Portland? ¿O ser los primeros en contratar a una mujer?

La realidad es que, de pasar de estar muy cerca de fichar a Hammon, pasó a cerrar a Billups, que, como muchos otros casos antes, tapados por la NBA o por la prensa o porque se consideraba algo "casi normal", Chauncey tiene su propia historia en el mismo sentido de Kidd, peor incluso. 

En 1997, Chauncey y varios compañeros suyos de Boston (Antoine Walker, Ron Mercer y amigos del grupo), protagonizaron un episodio con una mujer cuyo nombre no fue publicitado, que terminó con la chica violada, en un hospital, con estudios que demostraron que había sido abusada. Billups negó siempre haber tenido sexo no consentido con la víctima, y el hecho se resolvió sin llegar a una denuncia delictiva, algo muy común en esa época para estos comportamientos espantosos de los deportistas profesionales. 

No casualmente, cuando se recordó también lo de Billups en el momento que se anunció que Chauncey sería el próximo entrenador, Damian Lillard publicó en su cuenta de Twitter un posteo enigmático: "A veces no es la gente la que cambia. Es la máscara que se cae". 

 

 

 

Fuente: 
Básquet Plus y Sports Illustrated

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