Finales NBA

La columna de Vadell, J6: Curry, los Warriors y el básquet mágico

18:10 17/06/2022 | Último informe del coach de San Martín de Corrientes sobre las finales de la NBA, analizando al gran campeón.

Steph Curry mandó a dormir a todos (Getty)

Las dos manos juntas, palma con palma y así, juntas, se ponen a un costadito, cerca de la oreja. Una seña que todos entendemos como ir a dormir. Y así nos señalaba Steph Curry la hora de que todo estaba terminado. Así nos mostraba el trabajo listo. Así los puso a todos a soñar. Así nos dijo que nadie puede con ellos, que descansen. A la cama te manda Stephen Curry, de cama te deja cuando juega el mejor jugador del mundo y el mejor equipo de la NBA.

La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.
Friedrich Nietzsche

En el mundo del deporte se valora mucho la fiereza, el cuchillo entre los dientes, la mente criminal para jugar momentos difíciles y un día un chico normal con una sonrisa permanente, jugando con la seriedad de un niño, nos destruye todos los prejuicios de cómo se compite, de cómo se afronta un juego de oposición, habilidades, talento, trabajo y el arma más letal, la ausencia del miedo, nos impacta. Reflexionemos, acá hay un punto de partida.

No es de vez cuando, no es esporádico, es permanente, constante, es en el día más importante, hacerlo mejor que el oponente, mejor que nunca jugando como siempre, de visitante, para salir campeón de la nba por cuarta vez, con historias de resiliencia, cambio y confianza. Esa es la historia de Curry y Golden State Warriors. Batman y la Liga de la Justicia. Ganan los buenos, como en el comic, pero nos emocionamos igual.

El partido

Boston comenzó con una clara señal estratégica de iniciar sus ofensivas de adentro hacia afuera, poste bajo de Smart vs Curry y Horford ante la defensa cambiada. Pases afuera y triples, pero poco desequilibrio allí. El espejismo del mal arranque ofensivo de los Warriors nos camufló un inicio de una estrategia que no había dado los resultados que el score marcaba, porque Boston es un gran equipo, pero la defensa de Warriors comenzó a marcar el camino, provocando pérdidas y corridas para rápidamente colocar parciales ofensivos que metían miedo, sobre todos cuando comenzaron las rotaciones y apareció el mejor Poole y un Green menos portador del balón, más bloqueador, recibiendo en continuaciones, corrigiendo y afianzando que esa dinámica era la que Boston por más estrategia que proponga terminaba en desventaja.

Los jugadores de la banca de Boston, de grandísima temporada, empezaban a sufrir. White perdía en defensa, Robert Williams igualado con looney impactaba menos de lo que los Celtics necesitaban para imponerse, y cuando ni Smart podía con Curry todo fue una autopista al cuarto anillo. Jayson Tatum y Jaylen Brown, las figuras ofensivas de Boston, no lograban salir de la intermitencia y algunas pérdidas que cada partido que pasaba eran castigadas con más contundencia, dieron la cara, sucumbieron a las estrategias defensivas. La que más me gustó fue la que propuso sobre Tatum, que cuando era cambiado y quedaba con un jugador pequeño, le atacaban el dribling incitándolo a la penetración por izquierda, sacándole el ritmo del dribling y su tiro habitual, su mejor arma, llevándolo a una ayuda que esperaba interior con todo el equipo preparado para correr y contestar si pasaba el balón.

Valoremos al derrotado. Aquí hay un inicio de dinastía, jugadores jóvenes estrella que ayer, al final del partido, nos dejaron el mensaje en el aire que cuando lo hagan mejor, ahora con más experiencia, volverán a jugar por el campeonato. Franquicia histórica, ganadora, de excelente plan desde la gerencia, con un gran joven entrenador. Están en el camino correcto.

Bob Myers, el gerente general de Golden, hizo un trabajo sensacional en los 2 años donde sus estrellas estuvieron ausentes. Su gran movimiento fue conseguir a Wiggins, un jugador discutido que nos deja descubrir ahora que muchas veces el contexto es lo importante para que el talento se exprese al máximo. Las selecciones del draft y el fichaje de agentes libres fue perfecto para la vuelta al campeonato. La construcción y la conducción del ya antes indiscutido Steve Kerr fue la clave para el cuarto anillo.

Fucking Draymond cha cha cha, fucking Draymond cha cha cha. La canción del Garden logró el efecto contrario y enfocó a la bestia y cuando eso pasa, aparece la defensa y el juego. Klay Thompson lo agradeció y pagó todas las cuentas pendientes para lograr lo máximo. Casi una historia de película, porque son pocos los que pueden lograr con tanto sufrimiento y esfuerzo lo máximo. Un elegido, cosas que le pasan a pocos, a distintos.

La última reflexión

En un deporte donde la altura es clave, nos muestra que Jokic es el MVP, peleado por Embiid en la votación hasta el final. Dos pivotes dominantes, completísimos y desequilibrantes miraron por TV como 4 equipos sin jugadores grandes y casi perfectos como ellos se disputaban el anillo. La versatilidad por sobre el físico, la velocidad y el trabajo de equipo por sobre el desequilibrio de los altos. No importa la altura solamente, hay que saber jugar el juego, un juego que evoluciona tanto que no para de romper prejuicios.

Para terminar, les prometo no buscar quién pueda ganarle a los Warriors. Vamos a disfrutar del equipo que mejor juega al básquet en este planeta. Hasta la próxima.

Por Diego Vadell
Entrenador de San Martín de Corrientes

 

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