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Boston Celtics fue una de las franquicias que más activas estuvo durante el último receso. Los de Massachusetts tenía un plantel con estrellas destacadas de la NBA y un núcleo de jugadores que los acompañaban de gran jerarquía. De hecho en el actual proceso se metieron en una final de la mejor liga del planeta y alcanzaron la final de conferencia en dos ocasiones.

Pero con el objetivo de romper el maleficio y poder ganar el anillo de campeón, algo que no consiguen desde la temporada 2007/08, la dirigencia de la franquicia decidió hacer algunos cambios. No fueron los nombres más importantes los que entraron en el mercado, sí los laderos de gran jerarquía y en su lugar trajeron a otros de mayor nombre para potenciar el equipo.

Con la partida de cuatro jugadores importantes dentro de la rotación, de los que comandaban ese grupo de obreros silenciosos pero efectivos como lo son Marcus Smart, Grant Williams, Malcolm Brogdon y Robert Williams la franquicia consiguió dos estrellas de la NBA: Jrue Holiday y Kristapz Porzingis. La intención de ir a pelear definitivamente el anillo era total y completa.

En los Celtics habían quedado 4 nombres muy importantes: Jayson Tatum, Jaylen Brown, Al Horford y Derrick White. Con el fichaje de Porzingis, el primero que realizó la franquicia, el quinteto inicial y principal del equipo salía de memoria. No cabía margen de duda para saber y darse cuenta quiénes serían los pilares y estandartes de Boston.

Pero días después, los Celtics sumaron a Holiday, campeón con Milwaukee Bucks en la temporada 2020/21. La situación cambió por completo y comenzaron las suspicacias y las especulaciones de la prensa y de los fanáticos por la pelea de los minutos y las luchas de egos. Pero nada de eso sucedió, por suerte para Boston.

Tatum, además de la principal estrella del equipo, el líder indiscutido, tomó el toro por las astas y se reunió con sus 5 compañeros, los encerró en una habitación durante el campus de entrenamiento de los Celtics. Solos Tatum, Brown, Holiday, Horford, Porzingis y White.

¿Cuál era el motivo? El propio Tatum lo explicó: “Quería que entráramos en la habitación y hablar sobre el protagonismo y la distribución de los minutos. Todos somos humanos y tenemos sentimientos, y abrí la puerta y básicamente dije, 'Somos seis. Solo pueden jugar cinco a la vez. Uno de nosotros no va a terminar el partido todo el tiempo’”.

Luego, continuó: “Ya sea justo o no, Jaylen Brown y yo probablemente siempre vayamos a comenzar y terminar el juego. Pero tenemos que ser mantenidos a un estándar diferente y poder ser entrenados de manera diferente. Ya sea Kristaps Porzingis y Al Horford, uno de ustedes puede que no termine un partido, y tienes que estar bien con eso”.

Luego, los dos nuevos, Porzingis y Holiday hablaron sobre lo sucedido. En el caso de Kristaps, expresó: “Creo que, honestamente, fue un momento muy importante para nosotros. Solo para mirarnos a los ojos y saber que estamos aquí por un trabajo y entender que todos estaremos dispuestos a hacer sacrificios”.

Mientras que Jrue, comentó: “Significó mucho. Incluso solo saber que lo tuvimos temprano, lo tuvimos antes de que comenzara la temporada. No tuvimos que descubrir esto más tarde, o dejarlo en el aire y seguirlo manteniendo bajo la alfombra. Fue bueno tenerlo en el momento en que lo tuvimos”.