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El Draft del 2014 tuvo una gran sorpresa en la primera ronda, cuando Toronto eligió en el puesto 20 al brasilero Bruno Caboclo, un joven proyecto que estaba proyectado para ser elegido en la segunda ronda. A partir de ahí, el alero tomó su sueño americano y se fue a los Raptors. Ahora, ocho años después, sigue en busca de su objetivo de establecerse en la NBA jugando la Summer League con Utah.

“Mi camino fue diferente que el de todo el mundo. Recuerdo que ese día del Draft estaba en un taxi en Nueva York, se suponía que yo estaría en segunda ronda. Mi agente estuvo bromeando que quizás me llamarían antes, yo no le creía, sabía que era una broma, pero realmente mi nombre estuvo allí, yo seguía sin creerlo pero luego de ver a todo el mundo celebrando y muy feliz, dejé las cosas en el hotel, fuimos por pizza para celebrar y al día siguiente estuve con el equipo para la presentación. Fue una gran experiencia” expresó en su momento el jugador para FIBA.

En su paso por la franquicia canadiense, Caboclo solo jugó 25 partidos distribuidos al o largo de tres temporadas y media. A partir de ahí fue canjeado a Sacramento, disputando 10 juegos más. La 2018/19 pareció dar un atisbo de esperanza para el brasilero, disputando 34 encuentros.

Sin embargo, firmó las dos siguientes campañas en Houston, donde solo jugó 14 duelos. A su vez, en cada franquicia tuvo pasos por la G-League por Fort Wayne, Raptors 905, Reno Bighorns y Rio Grande Valley.

Luego de todo este tiempo de frustraciones, hizo su presentación en Europa, firmando con el Limoges francés. Sin embargo, tomó una decisión llamativa para todos, cuando decidió regresar a su país y firmar con el Sao Paulo.

“Estuve lejos de mi familia por muchos años, así que pienso que fue bueno para mí regresar. Cuando era más joven solía jugar y estar en la escuela todo el día y regresar a casa. Ahora estoy disfrutando y compartiendo más, así que fue bueno volver”.

Así las cosas, Caboclo dominó en la BCLA, llegó a su equipo al título y se quedó con el MVP de la competencia.

Ahora, con solo 26 años, el brasilero se encuentra en Utah buscando ganarse un lugar y lo está haciendo de gran manera, con consistencia en ambos costados. Su sueño está ahí y Bruno no renuncia a él de ninguna manera.