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Los Golden State Warriors han ganado tres partidos consecutivos, y parte de este éxito ha venido con el traslado del recién adquirido base, Chris Paul, al banquillo. En la temporada, Paul promedia 11.3 puntos, 4.8 rebotes y 8.3 asistencias, y aunque las cifras podrían no parecer impresionantes, ha sido uno de los mejores jugadores de los Warriors desde que fue movido al banquillo tras el regreso de Draymond Green.

Viendo las estadísticas avanzadas del equipo, Paul lidera a todos los Warriors en puntos por cada 100 posesiones con +15.8, en porcentaje de pérdidas y en puntos permitidos por cada 100 posesiones. La muestra es pequeña, con solo cuatro partidos, pero la evaluación visual también lo confirma.

Los Warriors a menudo tenían dificultades cuando Stephen Curry iba al banco la temporada pasada, lo que lo obligaba a acortar su descanso, gastando más energía y disminuyendo su efectividad. En los cuatro juegos de esta temporada, Curry promedia 31.8 minutos por partido, menos que los 34.4 de las tres temporadas anteriores. Este descanso adicional ya ha beneficiado a Curry, ya que promedia 33.5 puntos por juego y un 47.1% de efectividad en tiros de tres, incluyendo un juego de 42 puntos contra los Pelicans el lunes.

El tener a Paul liderando el equipo cuando Curry descansa también permite a los Warriors contar con un creador de juego de élite en la cancha en todo momento. Su presencia también proporciona un impulso a otros jugadores suplentes del equipo, como Jonathan Kuminga, Moses Moody y Gary Payton II. Además, Klay Thompson, quien a menudo juega con la segunda unidad para aportar un impulso ofensivo, también se beneficia del nuevo rol de Paul.

Los rumores sobre la adaptación de Paul a este equipo de los Warriors pueden ser descartados, y si pueden mantener su salud y minutos en el futuro, serán uno de los equipos más peligrosos en la Conferencia Oeste.