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La última vez que los Detroit Pistons ganaron una serie de playoffs fue en 2008, cuando superaron 4-1 a Orlando Magic en las semifinales del Este. En aquel equipo, que todavía contaba con veteranos de peso como Chauncey Billups, Tayshaun Prince y Rasheed Wallace, había también una cuota albiceleste: Walter Herrmann. El alero argentino había llegado desde Charlotte en 2007 y tuvo una participación modesta pero simbólica en esa campaña. Promedió 6.7 minutos en la serie ante Orlando, sin ver acción en la posterior final de Conferencia frente a Boston.

Desde aquella victoria ante los Magic, Detroit ingresó en una espiral de frustraciones. La caída por 4-2 ante los Celtics marcó el final de una era competitiva: los Pistons solo clasificaron tres veces a playoffs desde entonces (2009, 2016 y 2019) y en todas fueron barridos 4-0, sumando una racha histórica de 14 derrotas consecutivas, la más larga en la historia de la NBA. En el camino quedaron nombres como Andre Drummond, Blake Griffin o Reggie Jackson, sin poder cambiar la narrativa de una franquicia que aún no encontró el rumbo desde su última final del Este.

Ahora, seis años después de su última postemporada, Detroit vuelve a playoffs como octavo clasificado y tendrá enfrente a los New York Knicks. El desafío no es menor: romper con una sequía que lleva 16 años sin series ganadas y revertir un récord negativo que solo supera a dos equipos en la liga. Charlotte Hornets y Sacramento Kings no ganan una serie desde 2002 y 2004 respectivamente, lo que sitúa a los Pistons como la tercera peor franquicia en ese rubro en lo que va del siglo XXI.