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Un día inolvidable. Así quedará marcado para siempre el 25 de junio en la vida de Hugo González, el joven talento español que, con apenas 19 años, fue elegido en el puesto 28 del draft de la NBA por los Boston Celtics. En la misma jornada en que alzó el trofeo de campeón de la Liga ACB con el Real Madrid, también recibió la llamada más esperada: la de una franquicia histórica que lo quiere ya para la próxima temporada. Doble celebración, doble impacto. El Barclays Center de Nueva York fue testigo de la sonrisa que España esperaba volver a ver en la primera ronda del draft.

El madrileño se convierte así en el nuevo embajador del básquet español en la mejor liga del mundo, siguiendo la estela de nombres ilustres y acompañado, por ahora, solo por Santi Aldama. No fue una elección cualquiera: los Celtics, que vienen de ser campeones en 2024, están reformulando su plantilla por la dura lesión de Jayson Tatum y la salida de figuras clave como Kristaps Porzingis y Jrue Holiday. En ese contexto, el aterrizaje de Hugo no es de relleno. Brad Stevens, cerebro del proyecto, lo dejó claro: “Tiene todos los intangibles de un ganador”. Lo quieren, lo vieron crecer y le abren las puertas de un equipo con urgencias, tradición y un ADN que pide compromiso y carácter.

Hugo llega desde la cantera blanca, donde este año dio el salto definitivo al primer equipo de Chus Mateo. Ya lo venían siguiendo desde la NCAA, incluso rechazó una oferta de BYU por un millón de dólares para quedarse a competir en Madrid. Ahora, con contrato estimado en 14.2 millones por cuatro años, da el salto al otro lado del océano sabiendo que su estilo —intensidad, lectura de juego y potencia física— encaja bien en el libreto de Joe Mazzulla. Su punto a mejorar, el tiro exterior, será una de las claves para ganarse minutos en una rotación exigente.