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Gregg Popovich anunció su retiro como entrenador y dejó tras de sí una marca invaluable para el básquet de los Spurs, de la NBA y del mundo. En este contexto, Oscar Sánchez ha sido uno de los que más relación tuvo con el 5 veces campeón.

En charla con Básquet Plus recordó: “Mi relación arranca con Emanuel (Ginóbili). En el primer año de Manu, en 2002, me regaló el playbook que le dio San Antonio a Manu, tengo la carpeta con la filosofía ofensiva y la filosofía defensiva del juego de San Antonio”.

A su vez contó que vivió muchas experiencias en la franquicia texana con Pop: “Fui nueve veces a San Antonio, y este, a ver finales y todo, y bueno, convivimos en varias cosas. O sea, por ejemplo, en el último 2015 fui invitado por San Antonio al campus de San Antonio, que la invitación, acá fue el técnico, también estaba al lado mío, que tengo fotos, el técnico de los Knicks, Tom Thibodeau, había técnicos de universidades, de todo el mundo, y yo participé como invitado especial”.

Y relató una anécdota que lo pinta de cuerpo entero: “Un día un playoffs con los Lakers, que Emanuel estaba muy lesionado del tobillo, se apareció dos de la mañana, a la casa de Manuel, y dijo ‘sacá un vino’ y charlamos el partido, en un momento me dijo, ‘que te pareció huevo el partido’. Tengo 80 viajes a Estados Unidos y Europa, no sé inglés, y Emanuel y Manny me hacían de traductor, hablábamos del juego, y después cuando se fue me regaló la corbata que tengo en mi oficina”.

El propio Huevo lo destacó como “in tipo de calidad Pop, es un tipo de clase, muy difícil, primero que el tipo muy preparado, un tipo muy leído, muy culto, y que tiene una doble faceta, o sea, es padre, entrenador, director técnico, y es montenegrino. Con esa filosofía durísima, y de repente, te da la mano, tiene un equilibrio para manejar a la persona, es muy generoso”.

Y agregó: “Emanuel lo quiere como si fuera un padre, que tiene una franquicia que es muy especial como San Antonio, muy atípica. Se preocupaba más de la familia que del jugador en sí, se preocupaba del entorno del jugador, un tipo que se preocupaba de todos. Eso hace que llegue al jugador como si fuera un padre; para colmo la chapa, la veteranía, la experiencia, y una franquicia de San Antonio, que es como que entrás en un mundo diferente, te hace cambiar la cara, no hay tensión, no hay presión, hay calidad en la franquicia, y eso es toda obra de Pop”.

Y recordó otros grandes momentos: “Cada vez que íbamos le recibíamos un vino o alfajores, él tiene mucho fanatismo por el vino, íbamos a comer y él tenía su propia bodega. Sacaba el vino de su restaurante. Un tipo que terminaba un partido y se ponía en su oficina a crear ofensivas, situaciones especiales. El tipo es un distinto, fue un distinto como entrenador, y mantuvo una filosofía, por ser también el montenegrino, también de un basquetbolista nacional, atípico, como ser Pop”.

Por otro lado, destacó que Popovich “en el inicio no estaba de acuerdo con el tiro de tres puntos, por ejemplo, y no es de antiguo, es el tipo que conoce de basquetbol y sabe cómo es los porcentajes, lo que te otorgaba el tiro, el ventaje de ventaja, más allá que ahora que es un arma totalmente necesaria, pero se demostró que él en un torneo que es anárquico, una cultura anárquica de jugadores negros, con 24 segundos fue el manual de la ofensiva, de jugadas por principios, conceptos, y con jugadas preestablecidas de fondo, laterales, que eran apasionantes, que yo las tomé todas”.

Y lo mostró como un innovador: “El pick and roll entre pivotes es algo que lo inventó Pop con Robinson y Duncan. Cuando Robinson jugaba en el poste alto en el vértice y Tim el poste bajo. Cuando cambiaban, rolaba y la volcaba, se la pasaba y la volcaba. Era cuatro puntitos venía asegurado gracias al pick and roll de Pop”.

Por su parte, relató cuánto influyó la filosofía de la leyenda en su forma de dirigir: “A mí me influyó muchísimo Pop en el campeonato con Atenas. Yo marcaba una zona 3-2 de punta, donde Bruce Bowen era el vértice de la punta de la 3-2 en el frente. En Atenas lo hice con Lezcano y en Boca con palito Alston lo puse en el medio. A mí me dio muchísimo resultado”.

Por último, no dudó en afirmar que “para mí la final con Detroit Pistons del 2005 fue maravillosa, quizá un poco egoísta soy porque fue el mejor Emanuel”.

Alejandro Malky / [email protected]
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