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En una serie tan pareja como la que protagonizaron Indiana Pacers y New York Knicks, definir al MVP no era tarea sencilla. El premio Larry Bird terminó en manos de Pascal Siakam, que se impuso por apenas un voto (5 a 4) sobre Tyrese Haliburton, el cerebro del equipo. Los números del camerunés respaldan la decisión: promedió 24.8 puntos, 5 rebotes y 3.5 asistencias, con una notable eficiencia del 52.3% en tiros de campo y apenas una pérdida por partido. Fue clave en tres de las cuatro victorias, con 31 puntos en el juego 6, 39 en el Juego 2 y 33 en el juego 4.

Del otro lado, Haliburton sostuvo un nivel superlativo como generador. Terminó la serie con promedios de 21 puntos, 10.5 asistencias, 6 rebotes y 1.7 pérdidas por encuentro, con un pico histórico en el Juego 4: 32 puntos, 12 asistencias, 15 rebotes y 4 robos sin pérdidas. Además, dejó la jugada icónica de la serie: el triple con suspenso y gesto a lo Reggie Miller en el cierre del juego 1. Su rol fue más integral, con un enfoque de conducción y lectura, que a veces luce menos que la explosividad anotadora de su compañero.

El debate se enciende porque ambos fueron fundamentales, pero su impacto se dio en planos distintos. Siakam fue el ejecutor en los momentos decisivos, el que asumió la responsabilidad ofensiva cuando el juego se trababa y el aro se achicaba. Haliburton, en cambio, dirigió con maestría, hizo mejores a sus compañeros y mantuvo la estructura colectiva en pie, aunque su nivel bajó levemente en el juego 5, el único de los últimos tres que Indiana perdió.

En definitiva, Siakam ganó por ser más determinante en los triunfos, pero el reconocimiento a Haliburton no puede quedar en segundo plano. Indiana está en las Finales gracias a esta dupla, ensamblada en dos trades que cambiaron la historia de la franquicia. Ahora, frente a los Thunder, necesitarán que ambos estén a su mejor nivel. El MVP del Este ya tiene dueño, pero la lucha por el premio mayor recién empieza.