Basquetplus.com

Finalmente, la novela de James Harden, una más en las últimas tres temporadas, llegó a su fin y la Barba jugará en los Clippers. De esta manera se termina una relación de amor durante más de una década entre Daryl Morey y el jugador y que finaliza entre dardos de ambos lados y una frase lapidaria: “Daryl Morey es un mentiroso y no voy a formar parte de una franquicia de la que él sea parte”.

Fue precisamente Morey quien decidió llevar a Harden para liderar a Houston en 2012, cuando era sexto hombre de Oklahoma City. A partir de allí se dio la explosión de Harden en unos Rockets que pasaron a ser protagonistas, pero sin llegar a las Finales de la NBA porque se cruzaron siempre con unos Golden State que los dominaron y cortaron las alas.

Desde James, Morey edificó su idea junto a Mike D’antony desde el puesto de entrenador basado en la eficiencia de tiros, donde solo había lanzamientos en la pintura y de tres puntos, que aumentaron considerablemente. En ese contexto, Harden llegó a promediar 36.1 puntos en la 2018/19 y 34.3 en la 2019/20, liderando a la NBA en anotación en tres temporadas de manera consecutiva.

Después de su salida en la 2020/21, solo una temporada después Morey, ya en Philadelphia, volvió a llevarse a su hijo pródigo, con la idea de que fuera el arma junto a Joel Embiid para que los Sixers llegaran finalmente al anillo de la NBA. Pero esto lejos estuvo de pasar, con un Harden que no rindió de acuerdo a las expectativas (21 puntos y 10.7 asistencias en la 2022/23).

Pero en las negociaciones de extensión de contrato algo se rompió. Daryl Morey le dio la negativa desde su lado y la relación se resquebrajó. A su vez, la Barba tomó la opción de jugador y pidió el traspaso inmediatamente, el tercero en tres temporadas, luego de los pedidos en Houston y Brooklyn.

Así fue como una relación sumamente especial y que termina con gusto a poco, con dos que cambiaron la forma de ver la NBA y que ahora buscarán lo mismo desde dos lugares distintos, el ansiado anillo.