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A lo largo de la historia de la NBA hubo grandes jugadores, estrellas que cambiaron el rumbo de la mejor liga del planeta. Pero dentro de esas principales estrellas hubo un grupo de élite que son los que marcaron la competencia, lideraron algunas de las dinastías y serán recordados por siempre.

Uno de ellos fue Kobe Bryant. El difunto jugador ganó cinco anillos de campeón vistiendo la camiseta de Los Angeles Lakers. Los primeros tres, de manera consecutiva, con Shaquille O’Neal de compañero y los dos restantes, también en fila, con Pau Gasol como su principal ladero.

Pero, pese a ser uno de los mejores jugadores de la historia, a tener una calidad impresionante y ser imparable y letal para muchos rivales, Kobe también tuvo algunos imposibles, varios rivales difíciles de detener. El propio Bryant contó quién fue ese jugador: “Kevin Durant. Ese fue el que me retiré sin realmente poder averiguar qué es, cómo puedo detenerlo”, confesó el jugador angelino.

Luego agregó: “Cuando llegó por primera vez a la liga, era fácil de defender porque no podía ir bien y disparar. Le disparó un poco en la cara, por lo que era una debilidad que tenía. Además, en el poste, no podía doblar el hombro izquierdo, todo estaba en el hombro derecho y eso me daba áreas que podía cerrar”.

Por último, Kobe contó: “Puede tirar hacia arriba a la izquierda, puede tirar hacia arriba, puede lanzar la pelota larga, tiene corredores, mano izquierda, mano derecha. Antes de que tuviera un remate con la izquierda en el aro, siempre podía enviarlo a la izquierda, forzarlo hasta la canasta, incluso con las ventajas de que, además, todavía se sentía incómodo al terminar con la izquierda para poder sujetar la mano derecha. Así que me retiré sin poder entenderlo”.