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Kobe Bryant fue un jugador exquisito, una calidad y una jerarquía como pocos y una destreza y belleza a la hora de jugar, que no muchos pudieron mostrar en la historia de la NBA. Daba gusto verlo en acción. Pero gran parte de lo que logró fue por su entrenamiento y así mismo lo reconoció en una entrevista el exjugador fallecido en 2020.

Al ser consultado sobre su entrenamiento, comentó: “La cantidad de tiros dependía de cómo me sentía físicamente” y luego agregó: “Pero variaba la posición de los tiros, por ejemplo, si jugábamos contra los Spurs, practicaba todos tiros de cerca, de media distancia desde la esquina, tiros pasando la altura de los codos. San Antonio siempre permite ese tipo de tiros. O en jugadas de cortina y roll hacia el aro, Tim Duncan siempre retrocede entonces se puede intentar tiros cortos, así que los practicaba”.

Posteriormente, dio otro ejemplo: “Si jugaba contra Memphis Grizzlies tenía que enfrentarme con Tony Allen, me enfocaba en las jugadas de espalda al aro. Le ponía el cuerpo a Tony, me aseguraba de mover bien los pies, de elevarme, de esconder bien la pelota así no me la podía manotear y robármela. Entrenaba esa memoria muscular”.

Para cerrar, sentenció: “La posición de los tiros que entrenaba variaba mucho según el rival que me tocaba enfrentar”.