NBA

Haralabos Voulgaris: el hombre que hacer peligrar la continuidad de Doncic

10:31 15/06/2021 | Es un personaje increíble de la organización de Mark Cuban que se transformó en la sombra del poder. ¿Por qué?

Haralabos Voulgaris, el monje negro de Dallas

Haralobos Voulgaris es uno de esos nombres que la mayoría del planeta desconoce en el ambiente de la NBA. Pero en otros, es uno de los mitos más grandes de la historia, sobre todo en el especial planeta de las apuestas. Su historia y actualidad es sencillamente increíble. 

Voulgaris nació en Grecia el 4 de julio de 1975 (45 años). Su familia se trasladó cuando era chico a Canadá. Su padre tenía una adicción: el juego. Y su hijo la heredó, pero de forma particular. Cuando Haralobos terminó el secundario, se fue con su padre dos meses a Las Vegas. Mientras papá jugaba al Bkackjack, el joven miraba partidos de la NBA, casi obsesivamente. Entonces descubrió que podía ser millonario. 

Voulgaris, que se transformó pronto en un personaje central en el mundo de las apuestas, pasó a ser conocido simplemente como Bob, y dio un vuelco cuando acertó su primer gran torneo, con los Lakers de Shaq y Kobe en el 2000. Pero eso fue apenas el inicio. Estudió al detalle a 3 entrenadores: Eddie Jordan, Jerry Sloan y Byron Scott. Y comenzó a apostar hasta un millón de dólares por día en partidos de la NBA. Así, amasó rápidamente una fortuna, de la que perdió un tercio en el 2004, cuando entró en una seguidilla de pérdidas. 

Entonces se reinventó, hizo un chequeo entre varios genios matemáticos y contrató a una persona (desconocida), a la que simplemente llamó The Wiz (El Genio). Ambos crearon un algoritmo al que llamaron Ewing, que simulaba el desarrollo de partidos de básquet y creaba su score final. En el 2009 volvió a las apuestas con Ewing diciendo que era "el mayor invento en la historia de las apuestas deportivas". 

En ese entonces, por primera vez lo contrató una franquicia de la NBA para trabajar. Mientras tanto, siguió con su otro hobby: el poker. Llegó a ganar 3.1 millones de dólares en torneos en vivo. Pero lo más inesperado todavía no había llegado. En octubre del 2018, Mark Cuban lo contrató como Director de Investigación y Desarrollo Cuantitativo de los Mavericks. 

Voulgaris pasó a ser la oreja de Cuban, y lo que en un principio parecía un dato casi de dolor, podría convertirse en el mayor dolor de cabeza de los Mavericks, por una razón muy sencilla: Luka Doncic no lo quiere. Y es que Voulgaris, con su notebok siempre encima al lado del banco en los partidos, es hoy una de las voces más importantes de la franquicia. 

Dicen las malas lenguas que no se hace ninguna transacción de jugadores sin su aprobación y hasta que marca las formaciones iniciales y las rotaciones de los Mavs, por encima de Rick Carlisle, a partir de su estudiado uso de los algoritmos para las apuestas. ¿El colmo? Voulgaris sería el que definió la ofensiva de pick and roll, impulsada por análisis, con Doncic como el punto central, que ha intentado implementar en las últimas temporadas.

El deseo oculto de Voulgaris, dicen los que lo odian (muchos), es ser general manager de un equipo. De hecho, así lo confesó hace unos años en una nota con ESPN: "Todo el proceso (de convertirme en un jugador de gran éxito) me ha llevado a creer que podría formar un equipo mejor que casi cualquier general manager de la liga". La realidad es que hoy el griego tiene tanto poder de decisión que muchos piensan que el equipo tiene dos general managers. 

Pero el problema hoy pasó a ser muy importante. En el momento de definir la extensión del contrato de novato de Doncic por 5 años y unos 200 millones de dólares, surge el nombre de Voulgaris. Ayer, The Athletic publicó un informe especial sobre el griego en donde revela algunas situaciones realmente difíciles de creer, como que en el último draft, en la famosa "sala de guerra", como se le dice a la habitación donde todos los scouts definen en segundos la siguiente elección (esta vez por Zoom), nadie fue consultado de los primeros dos picks. 

Nadie sabe cuál es la relación o cómo sedujo Voulgaris a Cuban, pero la gota que colmó el vaso fue la mala relación con Doncic, que viene de hacer rato, y que quedó en evidencia cuando en abril, en un partido de local ante los Knicks, el griego se fue del banco un rato antes del final. No volvió a estar en ningún partido de los Mavs. Cuban, el único que habló, salió a respaldarlo: "Me gusta mucho lo que Bob aporta. Hace un gran trabajo apoyando a Rick (Carlisle) y a la oficina principal con información de datos única".

Con este panorama, suena evidente que algo tendrá que cambiar. O Cuban bajar el apoyo que le da a Voulgaris, o Doncic resignarse a tener a un personaje un tanto oscuro manejando cosas que nadie sabe por qué le dan. El esloveno tiene hoy el mundo a sus pies y puede elegir. Es cierto que, para irse, debería dejar de lado algo de dinero, pero con 22 años, suena a que hoy podría darse ese lujo si la situación se tensa de más. 

Fuente: 
The Athletic

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