NBA

Adios al Proceso: los Sixers y una eliminación con consecuencias

11:32 22/06/2021 | En el 2013 empezó la era llamada Trust the process (Creer en el proceso), pero el domingo la paciencia parece haber llegado a su fin.

Embiid, Simmons y Rivers, ¿hay todavía lugar para los 3? (Foto Clutch Points)

Perder un séptimo partido de local es difícil que no deje huella. Depende de muchas cuestiones: qué instancia, qué situación, cómo se dio el partido, las expectativas generadas en cuanto a una posición final, etc, etc, etc. En el caso de la derrota del domingo de los Sixers, todas las opciones para analizar la caída son negativas. No hay nada bueno para verle al asunto. 

Primero, no se llegó a donde se esperaba. Philadelphia empezó una era de cambio en el 2013, con las llegadas de Sam Hinkie como general manager y el ex Spurs Brett Brown como entrenador, y se denominó al plan a mediano plano como Trust the process (traducido correctamente sería Creer en el camino más que en el proceso). Lo que no sabían, suponemos, es la cantidad de piedras que ese proceso tendría. 

Algunas, no forzadas. Algunas, sí. Una de las cosas que podría hoy, con el diario del lunes, verse como algo muy curioso fue lo que pasó con las que hasta el domingo eran sus dos columnas centrales: Joel Embiid y Ben Simmons. Embiid fue el pick 3 de los Sixers en el draft de 2014, mientras que Simmons fue el 1 global dos años después, en 2016. 

¿Cuál es la curiosidad? Que Embiid no pudo jugar los dos primeros años con Phila por lesiones en el pie (¡2 temporadas completas!), mientras que Simmons también se perdió la primera entera por una lesión, también en el pie. Es decir, de creer que tendrían a un pivote dominante en el 2014 y una dupla mortal en la 2016/17, pasaron a tener solo al pivote en esa 2016/17 y recién la dupla en la 2017/18. 

Mientras tanto, los resultados eran horrendos: récord de 19-63 (2013/14), 18-64 (2014/15), 10-72 (2015/16) y 28-54 en la 2016/17, primera de Joel, sin Ben. En la 2017/18 ya no había excusas y la verdad es que lo hicieron bastante bien: récord de 52-30 y derrota en segunda ronda 4-1 ante Boston. En su primera campaña, Simmons,  de solo 21 años, cegó a muchos con sus números de "Magic Johnson". Base de 2.06, con 15.8 puntos, 8.2 asistencias y 8.1 rebotes de media. El futuro era suyo. Pocos le prestaron atención a su 0/11 triples en toda la temporada. 

En la 2018/19, casi un calco: marca de 51-31, caída en segunda ronda ante Toronto 4-3, pese a haber sumado a Jimmy Butler y Tobias Harris como figuras del nivel que te llevan, al menos, a una final de Conferencia. Hubo disgustos, pero el temporadón de Embiid (27.5 puntos y 13.6 rebotes) y otro año de números llamativos de Simmons (16.9 puntos, 8.8 asistencias, 6.6 rebotes... 0/6 triples), hacían que los optimistas pensaran: hay que esperar un año más. 

Ahí, a mediados del 2019, quizá empezó la debacle final. Porque los directivos no supieron ver el tsunami. Siguieron pensando que con Embiid, Simmons y Harris iban a llegar lejos en algún momento, pese a los ya visibles problemas ofensivos de Ben, y de la falta de determinación de sus estrellas en los momentos clave de los playoffs (Simmons tiró 5 lanzamientos al cesto en aquel séptimo partido ante Toronto, uno más que este domingo ante Atlanta). 

Y el 16 de julio del 2019, le firmaron a Simmons el nuevo contrato de 5 años de duración por casi 170 millones de dólares. Se fue Butler, siguió el tridente como la columna de los Sixers, y en Orlando la piña vino de frente, sin aviso. Simmons se lesionó en agosto la rodilla, se perdió todos los playoffs y Phila cayó 4-0 en la primera ronda ante los Celtics. 

El proceso seguía, pero ahora sin Brown, despedido tras el nuevo fracaso. Llegó alguien con mucha experiencia y pocos logros, como Doc Rivers, y el excéntrico Daryl Morey como presidente de operaciones, para trabajar codo a codo con Elton Brand, el equilibrista que zafó del despido. Morey venía de pegarse un lindo porrazo con los Rockets y el small ball en la burbuja de Orlando, pero encontró trabajo rápido. Qué mejor que un equipo que venía a los tumbos desde varios años atrás. 

La 2020/21 la podríamos dividir en dos partes. Serie regular y playoffs. Es más, La primera ronda de los playoffs podría sumársele a la serie regular. Los Wizards no representaron caso oposición y todo era euforia. Habían terminado primeros en el Este dejando abajo a los imponentes Nets, los únicos que parecían con artillería para hacerles frente. Pero aparecieron los humildes Hawks, y aunque tuvieron todo para ganar, perdieron el séptimo en casa y el gigantesco castillo de naipes voló por los aires. 

La actuación de Simmons en toda la serie (no lanzó al cesto en los últimos cuatro últimos cuartos), la dependencia sobre Embiid y Curry y los volantazos de Rivers, fueron un digno final para una etapa que parece cerrada. Pero los problemas recién empiezan para los directivos. ¿Llegó el momento de desprenderse de Simmons? Casi nadie duda que es el momento. El tema es a quién le pueden embocar un contrato todavía montruoso de 147 millones por los próximos 4 años. ¿Algún equipo, después del desastre en estos playoffs, apostaría por armar una franquicia en torno a Simmons?

Él dijo que quiere seguir, pero a menos que los cambios sean muy profundos, y se vayan Embiid y Rivers, lo más probable es que el que parta sea Ben. Una frase de Doc Rivers a un periodista, cuando le preguntó si Simmons podía ser el base de un equipo aspirante a campeón, lo dice todo: "En estos momentos, no tengo una respuesta a eso". A Embiid le preguntaron si el año que viene seguirían los jugadores principales y dijo: "Es una pregunta delicada". 

The Process está muerto. Habrá que ver cuánto dura la agonía. Los Sixers perdieron 8 años en un plan que falló. Responsables hay muchos. Pero ahora el punto pasa por tomar un camino nuevo. Y ver quién decide cuál. 

 

 

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