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Si bien el Preclasificatorio Olímpico que se desarrolló en Santiago del Estero y La Banda dejó un sabor amargo para los argentinos luego de caer ante Bahamas en la final y quedar eliminado, hubo algunos aspectos positivos que son importantes destacar. Uno de ellos es la aparición y la consolidación del juego interno.

Históricamente fue muy difícil para Argentina conseguir jugadores importantes en el juego interno, no por cuestiones deportivas, el prototipo de hombre en el país es de una talla media muy inferior a la que se necesita para jugar al básquet, con lo cual dificulta tener jugadores que midan por encima de los 2.10 metros.

Pero parece que hay una pequeña esperanza. Desde el retiro de Luis Scola, Argentina careció un jugador importante en esa zona, aunque Marcos Delía siempre se fajó duro y parejo para darle peso al seleccionado en el juego interno. La ausencia del pivote oriundo de Saladillo dejó un hueco muy grande y a la vez abrió una puerta para darle rodaje a nuevos jugadores que ocupen ese lugar.

El cuerpo técnico encabezado por Pablo Prigioni citó a varios jóvenes, principalmente para el juego interno. Así fue que al equipo lo integraron Juan Francisco Fernández, Francisco Cáffaro, Gonzalo Bressán y Tomás Chapero, todos jugadores con poca experiencia y un puñado de partidos en la Selección Mayor.

Los dos que más jugaron fueron Fernández y Cáffaro, pudieron ponerse a la altura de jugadores de la NBA como Deandre Ayton, pero tras un poco de incertidumbre y respeto en los primeros minutos, pero con el correr del partido fueron ganando confianza y poder jugarle de igual a igual.

En el primer encuentro fue Cáffaro quien tuvo mayor tiempo en cancha y pese al poderío de Ayton, logró pararlo, atacarlo, defenderlo rudamente. Fernández sumó mucho protagonismo en el duelo de semifinales ante Chile y fueron muy sólidos, logrando entre los dos ser fundamentales en el triunfo ante los trasandinos.

Facundo Campazzo fue el principal socio tanto de Fernández como de Cáffaro. El base cordobés hizo varios buenos picks and roll con ambos, aunque fue Juan el que logró aprovechar mayormente los incisivos pases del jugador del Real Madrid.

Fueron pocos los minutos pero compartieron cancha y lograron conformar una pareja de juego interno con una buena talla. Fue una buena prueba para ambos y lograron cumplir con creces, ellos dos forman parte de un grupo de 6 o 7 jugadores para el juego interno, con una buena talla y todos menores de 23 años.

Además de los mencionados Fernández, Cáffaro, Chapero y Bressán, está Lee Aaliya que estuvo con el plantel pero no estaba en la nómina oficial para jugar; Santiago Trouet, otro de los que participó en el reciente Mundial FIBA U19. Marcos Delía, quien es el pivote del seleccionado hace varios años y es un poco mayor que los Nantes mencionados y, como yapa, podría sumarse a Lautaro Berra, quien fue incluido en el proceso nacional por Sergio Hernández, pero luego quedó relegado.

Lejos de poner presión sobre un grupo de jóvenes, pero, por suerte, parece que Argentina consiguió una pareja sólida de pivotes y varios relevos de la misma jerarquía que van a formar parte del representativo nacional por varios años y traerán muchas alegrías al país.