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La actualidad transformó en una constumbre que el seleccionado de los Estados Unidos esté conformado por las principales estrellas de la NBA o, al menos, por muchas de las figuras que se encuentran en la liga. Sin embargo, en otros tiempos, aquello era totalmente impensado: en 1950, el combinado que representó a ese país en el primer Mundial de la historia no contó con la participación de ningún jugador de dicha competencia.

En aquella primera edición de la Copa del Mundo que se celebró en la Argentina y finalizó con la coronación del conjunto local en el Luna Park, los estadounidenses mandaron a Sudamérica un plantel constituído únicamente por deportistas de un equipo en particular: los Denver Chevrolets. ¿Quiénes eran? Los campeones del año anterior en el circuito AAU o Amateur Athletic Union, en el que veían acción solamente jugadores amateurs. Muchos de ellos se quedaban en esa competición para permanecer elegibles para los Juegos Olímpicos.

La plantilla fue completada por Bob Fisher, Bryce Heffley, Thomas Jaquet, Dan Kahler, John Langdon, Les Metzger, J. L. Parks, Jimmy Reese, Don Slocum, Blake Williams y John Stanich. Este último fue el único capaz de entrar al quinteto ideal del Mundial, que sí contó con la presencia de dos argentinos (Oscar Furlong y Ricardo González), un chileno y un español. La selección de Estados Unidos fue la más alta de esa competencia: todos sus jugadores superaban los 1,82 metros.

Alcanzaron la final con un récord de cinco victorias y ninguna derrota, consolidándose como uno de los dos candidatos a llevarse el trofeo de la flamante definición. Para eso, vencieron a Chile en la ronda previa y luego a Egipto, Brasil, Chile nuevamente y Francia en la zona decisiva. Ante la Argentina, cayeron 50-64 y los dirigidos por Gordon Carpenter, también coach de los Chevrolets, tuvieron que conformarse con la medalla de plata.