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Fue el número 3 del draft de 2020. Las presiones de un jugador en esos puestos son muy altas y más si venís de una familia tan controversial como la de los Ball. A pesar de esto, LaMelo está siendo uno de los rookies que mejor está jugando y está callando muchas bocas de personas que lo infravaloraban solo por el hecho de tener tal apellido o compararlo con su hermano Lonzo.

Su visión de pase es una de los puntos altos de este jugador de los Charlotte Hornets. El chico de 19 años tiene una gran capacidad para ver pases difíciles. A día de hoy está promediando 6 asistencias por partido siendo el que encabeza la lista de los rookies. Sumado a esta capacidad de encontrar libre a sus compañeros está entrando a un punto de juego en el cual sabe cuándo soltar la pelota y como atraer a los defensores para facilitarle el trabajo a los anotadores.

Su defensa sin balón es otro toque de calidad en el campo. Uno contra uno no da esa seguridad para frenar a un atacante, pero cuando marca a alguien sin la pelota sabe muy bien como ubicarse para molestar a sus rivales. Su lectura en estas situaciones y el agregado de que es un base de 2.01 metros hace que salga bien parado en esos momentos. De hecho, está con una media de 1.4 robos por encuentro.

Para ser un jugador que juega en la posición mas lejana al aro, es una máquina de agarrar rebotes En su corta carrera en la NBA ya tuvo partidos de 12 y 14 en los cuales dominaba en esa estadística. Tiene un gran posicionamiento intuitivo cuando los lanzamientos son erráticos para que le caigan a él. Como en las otras tablas, lidera la lista de jóvenes con 5.9 por partido.

Su hermano Lonzo describió el juego del menor de los Ball como extravagante, confiado, a rachas, libre y divertido y está claro que no le erró en sus comentarios, porque nadie puede negar que ver a LaMelo es un gran disfrute.