NBA

Iman Shumpert: determinación en la vida, en la cancha... y en la pista

15:11 25/11/2021 | La historia del flamante campeón del “Dancing with the stars”, con Chicago, su barrio y sus amigos como respuesta a todo en una vida desde el suburbio a la cima ida y vuelta.

Iman Shumpert en su años de rookie en New York, ahora campeón del Bailando en EEUU

Un gran sentido del humor, seguridad en sí mismo, perfil bajo y marcada determinación forjaron la vida de Iman Shumpert. El baloncesto fue quien conectó todos esos rasgos y lo puso al servicio del juego, sabiendo desde la adolescencia por donde hacer su camino y para qué.

Oak Park es un barrio de Chicago, quizás desde los suburbios como se definen muchos personas de esos lares e Iman lo sabía y no renegaba. Nunca quiso probar suerte con un colegio privado en busca de mejores programas académicos deportivos, entendía que el juego era uno solo y en la adolescencia jugar con amigos te hace abrazar al deporte mucho más.

A Shumpert le enantaba jugar con su equipo de Oak Park y desafiar a las escuelas de la alta sociedad de Chicago y la razón era bastante particular según cuenta el propio protagonista. “Es una locura, un poco superficial y va a sonar un poco raro, pero literalmente quería jugar contra los equipos de la ciudad para impresionar a las chicas”, afirmó el perimetral en una charla con Knuckleheads Podcast.

Su devenir en el básquet estaba marcado por ser el jugador que es, agresivo, atlético en defensa y un jugador de equipo total. No le interesaba hacer puntos, solo buscaba divertirse y era más feliz negando una línea de pase que con una canasta.

No obstante como todo jugador, llamado a ser NBA o con futuro en el baloncesto, siempre hay un hecho que marca un antes y un después. Para Iman, una ‘puesta de punto’ de un compañero y una llamada de la abuela fueron claves.

 “Habíamos perdido dos juegos de conferencia y yo estaba quejándome de que deberíamos haber hecho una cosa u otra, hasta que un compañero, Adam Taylor se puso de pie y me dijo’ deja de fastidiar con malditas excusas, todos los demás tienen una superestrella que simplemente sale, mete 50 y ganan el partido. Andá, mete 50 y ganemos el partido, deja de pasar el balón, si eres tan bueno, ve y mete 50 puntos’. Me senté en el vestuario luego de que todos se fueron y me quedé un rato largo balanceándome, luego llamé a mi abuela y me dijo “tú serás todo lo bueno que quieras ser, pero no te gusta dejar tu gente atrás y eso es muy bueno. Pero un día tendrás que hacerlo, tendrás que irte porque ellos no son tú , deberás hacerlo si quieres triunfar, es la forma como la vida funciona”

“Me quedé pensando en lo que me dijo mi abuela, no contesté el teléfono por un rato y asimilé todo, palabra por palabra. Al juego siguiente metí 30, al otro 35, al siguiente 28 con 12 rebotes y 8 asistencias y así fue que entendí como tenía que ser. No paré desde allí, desde la actitud y el trabajo fui por todo, diría que fue un momento agresivo de mi vida en cuánto al básquet, sentía que no podía frenar y todo era al límite”, explicó el ex Knicks.

Su etapa de NCAA estuvo ligada a Georgia Tech, cuando todo indicaba que North Carolina era su destino, dado a que lo buscaban y además por su fanatismo por Michael Jordan, siendo oriundo de Chicago y lo que significaba jugar en su misma universidad. Pero no todo lo que brilla es oro para él, prefiere algo más modesto, algo más terrenal para sentirse en su elemento y haciendo cuenta con que le iban a ofrecer ser el base titular, escogió jugar para Georgia Tech.

“Era demasiado lujoso para mí North Carolina, preferí algo más chico, con más protagonismo”, esgrimió Iman, quien estuvo en Georgia Tech tres años y en su último promedió 17.3 puntos, 5.9 rebotes y 3.5 asistencias, otorgándole la posibilidad de ser elegido en el draft del 2011 por los Kincks en el puesto número 17.

Sus años en la Gran Manzana fueron interesantes, pero nada del otro mundo, aunque su destreza defensiva si se notaba. Siempre era el encargado de defender a los mejores jugadores oponentes y eso era el combustible que necesitaba para pasarse horas en youtube analizando a la estrella de turno.

“Cuando tenía que enfrentar a alguien miraba sus videos al detalle, sus jugadas, sus festejos, su juego sucio, si empujaba para conseguir separarse de la marca y en qué momento lo hacía. Intentaba entender cada paso y ver los videos de esas estrellas me daba las armas para poder defenderlos mejor”.

Su forma de jugar fue detectada por LeBron James, quien lo reclutó para sus Cavaliers, aún en busca de ese anillo histórico para la ciudad de Ohio y hacía allá fue Shumpert con su bagaje defensivo para Cleveland. Junto al Rey y Kyrie Irving, entre otros, consiguió el anillo tremendo tras haber remontado la serie 1-3 ante los Warriors.

Luego algunas lesiones limitaron su juego, alguna inconsistencia desde lo metal con cierto relajo tras ese campeonato y la pendiente basquetbolística fue abrupta. Después de haber obtenido el campeonato, Iman jugó menos de 100 partidos en tres temporadas con tres equipos distintos (Sacramento, Houston y Brooklyn)

Su último paso fue la campaña pasada en los Nets con dos contratos de diez días y descartes, terminando frente a las cámaras, pero no en el contexto de una cancha de básquet, sino que en una pista de baile, en el programa “Dancing with the Stars” (el Bailando por un sueño de Estados Unidos).

Allí Iman recuperó notoriedad y en base a su determinación, tradujo su entrenamiento diario en las galas y se lució más de una vez con su pareja de baile, Daniella Karagach. Tras conseguir el título en el programa y celebrar el apoyo de toda la ciudad de Chicago, Iman, un joven de 31 años advirtió que aún no está retirado del básquetbol.

“Estoy trabajando duro, nadie dice que va a ser fácil volver, pero estaré trabajando, haciendo las cosas correctas. Nadie podrá criticar mi ética del esfuerzo por conseguir algo. Estaré esperando esa oportunidad de volver a jugar al baloncesto, es lo que amo”, aseveró en una entrevista previa a las finales del Bailando estadounidense.

Una vida desde los suburbios de Chicago, con luces que encandilaron el camino, títulos y logros que llenan una vitrina, pero que no tocan la esencia del protagonista. En la cancha o en la pista, Iman Shumpert siempre estará listo para darlo todo y un poco más.
 

Mauro Osores / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @osoresmauro

 

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