Informe Especial

Jugar y estudiar es posible: los casos en la Liga que lo demuestran

19:01 06/07/2021 | Está siendo habitual que diferentes basquetbolistas del país finalicen la secundaria o la universidad. Whelan, Zurbriggen y Gerbaudo, tres ejemplos.

Whelan, Zurbriggen y Gerbaudo consiguieron objetivos

El deporte profesional es absorbente, demanda mucho tiempo y defiende aquella famosa frase que reza que vivir solo cuesta vida. Entrenamientos con el equipo, prácticas de perfeccionamiento técnico individual, gimnasio, estudio del rival… Las 24 horas del día parecen incluso a veces no alcanzar.

Pero, como dice otro refrán, siempre hay tiempo para todo y afortunadamente con los años los jugadores están abrazando la noción, usando en muchos casos los ratos libres para ponerse al día con sus estudios y demostrando que nunca es tarde para crecer dentro y, también, fuera de la cancha.

En la Liga Nacional y los torneos de ascenso en los últimos tiempos surgieron buenas noticias, con una alta frecuencia de basquetbolistas que completaron su etapa secundaria y/o universitaria gracias a su perseverancia y el apoyo de familias, clubes, competencias y la Asociación de Jugadores (ADJ), entre muchos otros sectores más.

Uno de los casos recientes fue el de Gastón Whelan, que se recibió de Licenciado en Comercialización. “Terminó siendo un proceso de crecimiento, constancia y esfuerzo realizado a lo largo de estos años. Más allá del aprendizaje, me llevo el valor de saber que puedo superarme y cumplir los objetivos que me planteo. Como todo momento de estudio, me costó agarrar el hábito de la perseverancia del mismo, por ahí entre materia y materia perdía las ganas y me costaba retomarlo. Esto me enseñó a saber organizarme, planificar y ser un poco estructurado en mis días para poder llevarlo adelante”, rescató el nuevo jugador de Instituto.

Algo similar ocurrió con Fernando Zurbriggen, que abrochó el título de Profesor de Educación Física tras una carrera que, al igual que Gastón, se desarrolló y culminó alternando tiempo de estudio con partidos y prácticas.

“Es mi plan B. Tener un título académico me da una alternativa a mi carrera en el básquet profesional, a la vez que también me aporta tranquilidad y una perspectiva distinta de las cosas”, recordó el guardia que fue elegido MVP de la última temporada regular de la Liga Nacional.

Además, como Gastón, luchó al comienzo y luego se llevó una enseñanza vital: “Me costó conseguir la regularidad de la carrera. Si bien los viajes y las giras te daban tiempo y espacio para estudiar, me hubiese gustado mucho más poder asistir a todas las clases. De igual manera, conté con el apoyo de un montón de compañeros y profesores”.

Whelan tiene 26 años y Zurbriggen 23. La juventud es un sinónimo, pero no la regla en esto de completar los estudios. Un ejemplo es el de Diego Gerbaudo, quien con 31 pudo terminar el secundario gracias a un convenio que tiene la AdJ con SEADE.

“Este título en mi vida fue muy importante. Era una cuenta pendiente que tenía desde hace muchos años, sobre todo por mi hija, por mí mismo, para que el día de mañana, cuando ella tenga que hacer sus estudios, pueda darle una mano, y porque me abre mucho la cabeza”, rescató el nuevo guardia de Atenas para la temporada 2021/22.

Puntos en común, algunos otros divergentes, pero siempre la certeza de que estudiar les permitió conocer nuevos horizontes. “Te abre la cabeza”, fue algo que los tres destacaron y cuanta razón poseen en decirlo, enseñando que hay otro camino e infinitas alternativas para seguir adelante.

“Se sabe que la carrera del deportista suele ser corta. Aquellos que llegan a jugar con 40 años son privilegiados, por ende tener un título te abre más puertas de cara al futuro. Estudiar una carrera, un idioma o ya sea un curso, no sólo te brinda la posibilidad de ampliar tus conocimientos sino que en mi caso, me ayudaba a desconectarme del básquet, poder pensar en otra cosa. También uno entrena al cerebro al hacerlo y, en lo personal, me ayuda al momento de jugar. La toma de decisiones, la concentración, la rapidez mental, todos pequeños detalles que influyen en el rendimiento”, dice Whelan.

“Que se animen, que no es tabú el tema de poder ser jugador profesional y estudiante académico, que lo más difícil es decidirse y luchar contra los tiempos y espacios disponibles que tenemos, pero que es posible y, sobre todo, que la preparación mental extra deportiva ayuda al rendimiento dentro del campo”, acompaña Zurbriggen.

“A los que quieran empezar a hacerlo, les digo que es una cosa muy linda, importante para su vida para que, después de la carrera profesional, quien quiera enfocarse en algo pueda arrancar de inmediato sin tener que volver a hacer el secundario y perder más años. Está bueno que el que no terminó lo consiga. Se pueden realizar las dos cosas, con organización y viendo los horarios de cada uno”. finaliza Gerbaudo.

Y vos, ¿te animás a seguirlos? 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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