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Phoenix Suns bien podría a fin de año escribir un ensayo sobre cómo sale mal todo lo que puede salir mal. Una especie de Ley de Murphy aggiornada a su temporada actual, o a su receso previo mejor dicho, porque todo empezó cuando decidió que Cam Johnson sería titular este año, relegando a Jae Crowder a la segunda unidad. Esa situación hizo que Jae pidiera un canje nunca concretado y quedara apartado del equipo, pese a tener contrato (el tercero de tres del firmado en el 2019, por 10.2 millones). 

El tema es que Cam se lesionó los meniscos tras apenas 8 partidos y ahora Phoenix se quedó sin el pan y sin la torta, porque Crowder no ha formado parte del plantel en todo el año y, si bien sería el sustituto perfecto (lo era el año pasado como inicial), ya no hay chances de que forme parte del grupo. Pero sí sigue siendo una moneda de cambio relativamente buena para conseguir a alguien que llegue por Johnson mientras se recupera (ahora dicen que tardará 2 meses en volver y no toda la temporada). 

Uno de los potenciales destinos es un exequipo de Jae: Miami Heat. Phoenix ve con excelentes ojos la chance de sumar a Max Strus para ocupar el sitio de Cam, algo que todos los que conocen el paño indican como imposible. Hoy, Miami no entregaría jamás a Strus por Crowder mano a mano. También aparece interesado Milwaukee Bucks, otro contendiente al título, pero ¿a cambio de quién? Se podría suponer que Grayson Allen, con algunas características parecidas y otras distintas, podría encajar, pero suena imposible que los Bucks acepten ese canje.

Crowder, pese a su caída en cotización a partir de la decisión de los Suns de sacarlo del cinco inicial, es uno de esos jugadores que pagan por su presencia en muchos equipos que han llegado lejos, aunque nunca salieron campeones: Boston, Utah, Cleveland, el propio Miami o el anteaño pasado Phoenix. Un utilitario que da muchos intangibles, y que tiene solo 32 años. Eso juega a su favor. En los próximos días veremos cómo se resuelve.