¿Qué son la eficiencia ofensiva, la eficiencia defensiva y el Net Rating?
13:59 14/04/2020 | Las estadísticas avanzadas permiten analizar con una mayor profundidad cuál es el mejor ataque y cuál es la mejor defensa. Un repaso a cada rubro.
Ataque y defensa. Dos aspectos tan simples y complejos a la vez que, históricamente, han conformado la esencia de cualquier deporte. Su importancia en el básquet es total. Sin embargo, la aparición de las estadísticas avanzadas ha cambiado, casi por completo, la concepción de qué se considera un buen ataque o cómo se miden los resultados de una defensa. Sumergirse en este tipo de datos significa refutar ciertas suposiciones sin sustento que han acaparado los análisis durante mucho tiempo. Una explicación a través de dos conceptos creados por Dean Oliver, reconocido estadista y actual entrenador asistente de Washington Wizards: eficiencia ofensiva y eficiencia defensiva.
RATING OFENSIVO
La eficiencia ofensiva o Rating Ofensivo es la estadística que dimensiona con mayor precisión el poderío en ataque de un equipo o un jugador en particular. Está estrechamente relacionada al ritmo. Cuando se trata de un equipo, se refiere a la cantidad de puntos que el conjunto anota durante cien posesiones. Así, las estadísticas demuestran que los mejores ataques no son aquellos que anotan más puntos, sino los que lo hacen de manera más eficiente. Es decir, los que menos posesiones necesitan para lograrlo.
En esta medición es que se basan los analistas para rankear las ofensivas de las franquicias NBA. Pero, a pesar de que el término surgió en este milenio, también es aplicable al análisis de los equipos del pasado. Un ejemplo perfecto es el de los Lakers del Showtime. ¿Por qué aquel plantel, liderado por Magic Johnson en el campo y Pat Riley en la banca, dominó durante gran parte de la década del ochenta? Entre otras cosas, porque su ataque fue uno de los más eficientes que se haya visto. En la temporada 1986/87, Los Angeles estableció la que sería la marca récord de eficiencia ofensiva durante los siguientes treinta años: 115,6 puntos por cada cien posesiones. Ese equipo, que superó los cien puntos en 63 de los 65 partidos que ganó, jugaba un estilo de básquet atractivo y original que escondía en él la eficiencia de los tiros cercanos al aro y del ataque en transición.
Tres décadas más tarde, otro campeón fue capaz de igualar -a su manera- aquel récord establecido por los Lakers. Fueron los Golden State Warriors de la temporada 2016/17, el primer curso de Kevin Durant en la franquicia. Mucho se habló de la posibilidad de que la inclusión de uno de los jugadores más devastadores en el uno contra uno perjudicara la armonía ofensiva que caracterizaba a los de Steve Kerr. Sin embargo, ese equipo plagado de anotadores eficientes encontró la manera de mantener un equilibrio entre la fluidez y el poder gravitatorio de estrellas como Steph Curry y el propio KD.
Un ejemplo cercano puede detallar la imprecisión que supone analizar ataques mediante una estadística tan plana como la de puntos por partido. En esa mismas temporada, existió un equipo con un porcentaje superior al de Lakers en ese rubro: Portland Trail Blazers, con 117,9. Sin embargo, una medición más profunda demuestra que esos ataques resultaron ser mucho menos eficientes a la hora de anotar. Durante cien posesiones, aquel conjunto liderado por Kiki Vandeweghe y Clyde Drexler bajaba sus cifras a 111,5 puntos. Para lograr una marca similar a la de Los Angeles, Portland necesitaba cinco posesiones más. ¿Qué significa eso? Menos efectividad y, en definitiva, más chances de anotar para el rival.
La eficiencia ofensiva también se enfoca en lo particular. Cuando se trata de jugadores, mide la cantidad de puntos que el equipo anota por cada cien posesiones cuando estos individuos están en cancha. No es casualidad que tres de los cinco hombres con mejor RO de la historia sean point guards: ellos se encargan de dirigir el ataque. Y, como ya sabemos, no hay mejor ataque que uno extremadamente eficiente. Durante toda su carrera, Chris Paul se ha destacado por ser uno de los mejores líderes ofensivos de su época. Pocos bases entienden el juego como él, y basta con ver cómo funcionan los equipos en su ausencia para comprender la magnitud de su impacto. Paul es, hasta ahora, el jugador con mejor Rating Ofensivo en la historia de la NBA: 122,6.
En la actualidad, el gran referente de la estadística se llama Steph Curry. El dos veces MVP es una superestrella poco egoísta que, a pesar de que puede reventar un partido con sus puntos, prefiere ser el eje de un ataque en el que todos estén involucrados. Esa condición le ha permitido liderar la NBA en eficiencia ofensiva durante las últimas cuatro temporadas.
RATING DEFENSIVO
Solemos creer que las mejores defensas son las que dejan en la menor cantidad de puntos a sus rivales. Pero, una vez más, es el ritmo el que dictamina el verdadero valor defensivo de un equipo. La eficiencia defensiva mide la cantidad de puntos que una franquicia le permite a su contrincante durante cien posesiones. De esta manera, se entiende con mayor facilidad la relación entre el ataque y la defensa. Al momento de comprender la valía de cualquiera de esos aspectos, el ritmo en el que se juega es un dato imprescindible.
Aquellos Boston Celtics de Red Auerbach que dominaron el mundo del básquet estadounidense sirven como ejemplo para explicarlo: en la temporada 1959/60, los orgullosos verdes permitieron la quinta mayor cantidad de puntos por partido. Detenerse allí podría hacernos pensar que eran uno de los conjuntos más deficientes en ese aspecto del juego. Sin embargo, ese equipo disputaba sus encuentros a un ritmo altísimo (136.3 posesiones por juego) y su rating defensivo fue el mejor de todos, permitiéndoles a sus rivales apenas 84.9 puntos por cada cien posesiones. Todos los equipos de la NBA -a excepción de los Philadelphia Warriors- promediaron al menos nueve posesiones menos que ellos. Eso les permitió establecerse como la defensa más eficiente y, por lo tanto, la mejor de la liga.
En la misma campaña, los Detroit Pistons aparecen como la contracara de ese concepto. Las planillas indican que fueron el tercer equipo que menos puntos por partido (115) permitió. Sin embargo, la eficiencia defensiva (92,6) los expone como una de las tres peores defensas del torneo. Su ritmo de juego fue de los más bajos de la temporada y, con trece posesiones menos que los Celtics, permitieron apenas un punto menos a sus rivales. Esa disparidad se exhibe con mayor cuando una estadística como el Rating Defensivo traza parámetros de medición (cien posesiones) idénticos para todos.
Para un jugador, la eficiencia defensiva se mide por la cantidad de puntos que permite cada cien posesiones cuando este está en cancha. No está determinada por la actuación de sus compañeros y sólo contempla las anotaciones que tienen a ese jugador en particular como protagonista defensivo. Es una medición basada en una fórmula que aún está puliéndose y que no se suele tener tan en cuenta cuando se intenta retratar el impacto de un jugador en defensa. Tim Duncan es, quizás, el mejor ejemplo de ello. El líder en cancha de la dinastía Spur completó una carrera maravillosa y es, para muchos, uno de los más grandes defensores en la historia de la NBA: integró ocho veces el mejor quinteto defensivo de la liga y siete veces el segundo. Pero, más allá de los reconocimientos, lo que describe a la perfección su impacto en defensa es su RD de 95.5, el tercero más bajo de todos los tiempos.
NET RATING
Con el ataque y la defensa entrelazados gracias a la eficiencia, el equilibrio de un equipo se mide con mayor facilidad. Ahí es cuando aparece el net rating, una estadística que se encarga de cruzar los dos aspectos más importantes del juego para llegar a un promedio que trata de dimensionar el rendimiento total. El cálculo es simple: al rating ofensivo se le resta el defensivo. Una buena ofensiva no es productiva si no encuentra bases en una gran defensa. Un sistema defensivo férreo y eficiente no relucirá tanto si no se complementa con un ataque efectivo.
Una vez más, Golden State Warriors aparece como el ejemplo más claro y reciente. En ciertas ocasiones, la facilidad para anotar de sus principales figuras ha desviado la atención de la excelente labor defensiva que los caracterizó durante la Era Kerr. Esa simetría entre ataque y defensa es, en definitiva, lo que les permitió ser la franquicia dominante en las últimas cinco temporadas. Campañas en las que, curiosamente, jamás se bajaron del podio a la hora de hablar de Rating Neto.
Leandro Carranza | [email protected]
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