Dos NBA en peligro tras la orden ejecutiva de Donald Trump
20:29 28/01/2017 | Luol Deng y Thon Maker, nacidos en Sudán, podrían tener problemas para jugar en Toronto, debido a la orden del presidente estadounidense.
Desde este viernes, entró en vigencia en Estados Unidos la orden ejecutiva de Donald Trump, prohibiendo el ingreso al país de parte de los oriundos de siete naciones consideradas con vínculos con el terrorismo. Las mismas son: Libia, Irán, Irak, Somalia, Yemen, Sudán y Siria.
Actualmente, en la NBA hay dos jugadores nacidos en esos países: Thon Maker de los Milwaukee Bucks y Luol Deng de Los Angeles Lakers, ambos sudaneses. Por eso, se teme por lo que sucederá cuando sus equipos deban viajar a Canadá para enfrentar a los Toronto Raptors. ¿Se les prohibirá el ingreso una vez que quieran regresar a Estados Unidos?
En ese sentido, hoy hubo una buena señal. Los Bucks jugaron ayer en Toronto y según aclaró la franquicia, Maker pudo volver a suelo estadounidense luego del encuentro. Sin embargo, ahora que el tema ha tomado mayor trascendencia y subido la frecuencia de detenciones en las últimas horas, se desconoce que ocurrirá en la próxima salida de los sudaneses.
Vale aclarar que tanto Maker como Deng tienen doble nacionalidad: el primero australiana y el segundo británica. De todas maneras, esto no los quita de la lista, ya que aún aquellos con doble ciudadanía o incluso el visado necesario para residir en los Estados Unidos, también son abarcados por la orden ejecutiva de Trump.
Un punto que sí podría ayudarlos, es la situación actual de Sudán. Luego de una feroz guerra civil, en el 2011 se produjo la creación de Sudán del Sur. Técnicamente, los dos NBA pertenecen a dicha nación por haber nacido en sus tierras, aunque en realidad lo hicieron bajo la bandera de una Sudán unificada. Sudán del Sur no aparece en la lista de países apuntados por Trump.
Por ahora, a pocas horas de la firma de la orden ejecutiva, es difícil saber qué deparará el futuro para los dos africanos. El ingreso de Maker a Estados Unidos, luego de jugar en Toronto, es una buena señal, aunque no definitiva para lo que viene. Una historia tan llamativa como triste.
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