TNA 2017/18

Lauría y su historia: "No hay que rendirse bajo ningún punto de vista"

13:56 17/08/2017 | Hablamos con Nicolás Lauría sobre el reencuentro con su padre, Zachary Cooper, y su familia en Slidell, Louisiana.

Nico junto a su papá y su hermana Ashley

La historia de búsqueda de Nicolás Lauría es conocida y admirada dentro del ambiente del básquet argentino. El actual jugador de Barrio Parque creció sin una figura paterna y sacando un contacto en el 2011, ayudado por Kyle LaMonte, no había tenido ningún tipo de relación con su padre: Zachary Cooper, extranjero que brilló en Peñarol de Mar del Plata a finales de la década del ´80.

Lauría había quedado algo resignado luego de volver a perder contacto tras el 2011, pero con la ayuda de su mamá y el apoyo de su familia, retomó una búsqueda que esta vez llegaría al mejor puerto posible. ¿Pero quién mejor para contar la historia que el propio Nicolás? 

"En el último tiempo no había tenido ningún contacto. Hace seis años había hablado varias veces por teléfono con la ayuda de Kyle LaMonte, pero después de eso fue como que él desapareció del mapa y no tuve contacto en esos seis años. No sabía nada, porque tampoco tenía forma de saber. Teníamos un número, pero nos daba como fuera de servicio. Mi mamá fue la que insistió que siguiera con la búsqueda y le hice caso. Encontramos una web en internet que nos permitía conseguir datos de él, pagando unos seis dólares. Ahí sacamos todo lo que te puedas imaginar: teléfonos, dónde vivía, familiares. Yo miraba las edades de los familiares, tratando de descifrar quiénes podían ser. Ahí veo a una chica que se llama Destiny, de 30 años. Yo tengo 29. Con mi novia nos metimos a Facebook y fuimos buscando a estas personas, entre las que aparecía Destiny".

"Le mandé un mensaje a ella, diciendo que era el hijo de Zachary en Argentina, preguntando si ella tenía alguna relación con él y si me podía ayudar. Lo mismo con Reggie Cooper, que terminó siendo mi tío. Pero cuando les escribí no sabía quiénes eran. La búsqueda también nos llevó a Denna Cooper, que tenía una foto familiar con mi abuelo y los cuatro hermanos. Yo siempre trataba de identificar a mi papá por la altura y en esta foto estaba sentado. Pero me di cuenta que era él por las manos largas, iguales a las mías. Ahí vimos que estaba etiquetado como Zac Cooper. Nosotros siempre lo buscamos como Zachary o Zach. Fue la primera foto que vi de él en la actualidad. Se había creado el Facebook en el 2015, por eso también no lo encontrábamos antes".

 

 

"Le escribí un mensaje a mi papá y recién a la madrugada, como tres horas después, recibo una respuesta. Primero escribió en mi muro, pregutando si esa era mi hija. Y después me pasó su teléfono y me dijo que lo llame mañana. También justo me respondió Destiny, mi prima, mostrándome un amor increíble, con los brazos totalmente abiertos. Me dijo que no lo podía creer, que me habían buscado pero que no sabían mi apellido. Estaba llorando y me dijo que llamó a toda la familia, y que Zachary era su tío favorito. Me pidió que hablé con mi abuela y yo dudaba de hablar antes con ella que con mi papá, pero Destiny me dijo que era alguien que nunca iba a perder el contacto conmigo, sino todo lo contrario".

"Al otro día tomé coraje y llamé a mi abuela. Le dije que era Nico de Argentina. Se puso a llorar y me dijo que teníamos que hacer algo para encontrarnos y si viajaba a Estados Unidos. Le respondí que pensaba que no, porque ya tenía que jugar. Me pidió que le hablé por lo menos una vez al mes. Le conté de mi hija y me dijo que Alina era su bisnieta número 11. Me hicieron sentir querido al máximo. Después hablé con mi papá, me preguntó dónde jugaba y también si iba para allá. Le dije lo mismo: que no creía, porque empezaba la temporada. Pero me fui a dormir pensando en eso y en por qué no ir... me pareció que tenía que ir. Me levanté decidido, por eso elegí viajar. Hablé con mis primas y me dijeron obviamente que sí. Tardé solo 5 días en sacar los pasajes. Contacté a mi viejo y me dijo que no veía la hora de verme. Fue una de las mejores decisiones de mi vida".

Y así, comenzó una aventura inigualable para el marplatense. ¿El destino? Slidell, una ciudad en el Estado de Louisiana de menos de 100 mil habitantes. Entre ellos, la familia Cooper. Su familia.

"Una vez allá, me trataron de una manera increíble. Con mucho amor, me sentí siempre en casa. Nunca sentí que era sapo de otro pozo. Encima era mi primera vez en Estados Unidos, pero me hicieron sentir como uno más. En definitiva, soy uno más. Fue algo muy nuevo para todos, pero no hubo que romper el hielo, ni me sentí extraño en ningún momento. Conocí a toda la familia, salvo a mi tío Reggie que vive en Dallas y es el que más lejos estaba. El domingo, el último día, hicimos un picnic bien al estilo de las películas y fue algo increíble".

"Con mi papá tuvimos charlas privadas, momentos solos. No es que siempre estuvimos con toda la familia junta. Fue importante para los dos. La realidad es que no tuve que preguntar nada, él me fue contando de su vida y yo fui atando los hilos. Pero no fui pensando en el pasado, sino en crear un vínculo a futuro".

A pesar de las dificultades que pueden generar el hecho de no tener a un padre presente, sobre todo en el desarrollo de un chico, Lauría jamás guardó rencor  hacia Zachary, principalmente por la ayuda de su mamá y el apoyo del resto de su familia. "Nunca tuve rencor, gracias a mi vieja. Nunca me habló mal de él. Además tuve una familia atrás que me respaldaron siempre en todo. De chico no recuerdo sufrir el no tener papá. La imagen paterna eran mis tíos, a los que veía todo el tiempo. Siempre quise conocer a mi viejo, era un asunto pendiente, pero no lo sufrí tanto. Y nunca tuve rencor hacia él".

¿Ya hay planes para regresar? "Sí, se habló de volver y también de ellos querer conocer Argentina, o en el caso de mi papá volver al país. Ahora tengo contacto permanente, no es que quedó solo en la reunión, sino que se generó algo. Con mi hermana hablo por video chat, también con mi tía. Se está afianzando mucho la relación. La idea es volver ni bien termine la temporada que viene, pero quedarme más días porque me faltaron conocer muchas cosas. Si Dios quiere, voy a volver el año que viene con mi hija".

"Siento que esto me cambió muchísimo. Me noto más sereno, más tranquilo. Las cosas pasan por algo y nunca hay que rendirse. Necesité ese empujón de mi vieja, pero nunca hay que rendirse bajo ningún punto de vista. Yo por momentos pensé que ya estaba... que si él no se había movido para encontrarme, listo. Pero me encontré otra realidad. No hay que juzgar sin saber cómo son las cosas". Un final feliz para una etapa, que a la vez, da inicio a otra que promete ser aún mejor. Y por sobre todas las cosas, un ejemplo de perserverancia, voluntad y mucho amor.

 

Juan Estévez / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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