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Era el partido que todos los hinchas de los Mavs habían estado esperando: la llegada del villano de la película, DeAndre Jordan, a Dallas. Y desde el principio, se notó que el equipo de Carlisle iba a alimentarse de esa energía del público para jugar su mejor partido de lo que va de esta campaña.

El dueño de casa comenzó mejor el partido, posteando a Wesley Matthews para marcar las primeras diferencias. Sin embargo, Los Angeles se recuperó y con la mano caliente de JJ Redick y Jamal Crawford, terminó quedándose con el primer cuarto por 35 a 27. En el medio, cientos de abucheos para Jordan cada vez que tocaba la pelota, recordando su plantada a la franquicia texana de hace un par de meses.

La reacción de Dallas iba a llegar con la banca como protagonista. Más allá de lo que hicieron en ataque (buen aporte del joven Dwight Powell y el rookie Justin Anderson), fue la defensa la que le permitió a los locales emparejar la cuestión. Así, el marcador se cerró y quedó con los Clippers al frente por la mínima: 54-53 tras 24 minutos.

De la mano de un Dirk Nowitzki encendido (13 puntos, 5-5 de cancha), los Mavericks tuvieron un excelente tercer cuato. Además, Deron Williams estaba agresivo y desequilibrando en el uno contra uno, mientras que lo defensivo seguía siendo un fuerte para los locales. Así, no sólo se adueñaron del marcador sino que llegaron a sacar 14 puntos de ventaja, antes de un 8-0 de los de Rivers para cerrar el período (84-78).

Un héroe inesperado parecía emerger en la figura de Austin Rivers, de excelente último cuarto. Los Clippers se apoyaron en el hijo del entrenador para completar la remontada y colocar el partido en una recta final dramática.

Como no podía ser de otra manera, el cierre iba a tener a DeAndre Jordan como protagonista, pero en una situación poco usual: sin estar en la cancha. Rivers lo sacó para evitar que sea cortado con falta, pero la movida le salió muy mal. Su equipo se quedó sin rebote ni protección del aro, algo que aprovecharon en jugadas consecutivas Zaza Pachulia y Raymond Felton.

La frutilla del postre para Dallas la puso Nowitzki. El alemán convirtió un tremendo tiro de tres con tablero que acabó por sentenciar el juego, llegando así al 118 a 108 final. Los Mavs jugaron con una energía que no habían mostrado hasta el momento y le dieron una alegría enorme a su público, en el partido que más querían ganar.

Nowitzki tuvo una noche sensacional, terminando con 31 puntos, 11 rebotes y 11-14 en tiros de cancha. Además, Wesley Matthews lo apoyó con 25 puntos y 6 rebotes.

En el caso de los Clippers, que apenas le dieron 27 segundos de juego a Pablo Prigioni, lo mejor pasó por los 21 tantos de Blake Griffin, en una noche donde Chris Paul lanzó 2 de 11 de cancha. ¿Jordan? 9 puntos, 11 rebotes y un flojo 3 de 9 en libres.

Pablo Prigioni: sin estadísticas en 27 segundos de juego.