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Después de casi una década de recorrido, Racing de Chivilcoy finalmente cruzó la meta que persiguió durante años: la Liga Nacional. En una noche cargada de tensión y emoción, el equipo de Diego D’Ambrosio venció por 88-76 a San Isidro de San Francisco en el quinto juego de la serie final de la Liga Argentina. Con una defensa asfixiante y los aportes decisivos de José Peralta (19), Lucio Reinaudi (15) y Santiago Assum (15), el conjunto chivilcoyano se consagró campeón y aseguró su lugar en la élite del básquet argentino por primera vez.

La historia comenzó a escribirse en 2016, cuando Racing ganó el torneo Provincial venciendo en la final a Sportivo Escobar por un contundente 80-57, también en el Estadio Norte. Aquel equipo, liderado ya por D’Ambrosio y con figuras como Francisco Dinova y José Luis Pappalardi, obtuvo el ascenso al Torneo Federal. Dos años más tarde, la Academia lograría otro hito: en la temporada 2017/18 del Federal, cerró una campaña histórica con 37 victorias consecutivas (récord absoluto en el profesionalismo nacional), perdiendo solo en el debut. En la final superó a Central Argentino Olímpico de Ceres con una barrida por 2-0, ganando el último partido por 94-67.

Desde su arribo a la Liga Argentina en la 2018/19, Racing fue construyendo su camino con pasos firmes. En esa primera temporada terminó noveno. Luego de dos campañas estancadas, y tras un bajón post pandemia donde cayó hasta el 16° puesto, la remontada fue progresiva: sexto en 2021/22, semifinalista en 2022/23 (eliminado por Zárate Basket), y subcampeón en 2023/24, cayendo en una vibrante final de cinco partidos ante Atenas de Córdoba.

La consagración de este año no fue casualidad. A lo largo de los playoffs, Racing mostró una notable solidez, dejando en el camino a rivales de peso y demostrando un juego colectivo sustentado en la conducción de un caminante histórico en todo el ascenso como Alejo Barrales. Estuvieron los puntos jóvenes de Assum, estuvo Reinaudi y Peralta, y la defensa férrea como marca registrada. La final ante San Isidro fue pareja, pero en el duelo decisivo no hubo lugar para dudas: Racing dominó desde el arranque con un parcial de 28-19 y nunca soltó el liderazgo.

Cada escalón fue labrado con paciencia, coherencia y sentido de pertenencia. El trabajo de D’Ambrosio —al frente del equipo desde 2015— fue clave para sostener un proyecto que no solo creció en lo deportivo. En paralelo, el club inauguró su propio estadio y una casa club para sus reclutados, infraestructura que potenció la apuesta a largo plazo. Todo eso se expresó en la cancha, y también en las tribunas, donde la ciudad celebró un logro que siente como propio.