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Adriano Barreras y su experiencia sudamericana con raíces caribeñas

10:09 03/01/2021 | El escolta de Ferro, Adriano Barreras, charló con Básquet Plus y contó su historia desde su salida de Cuba, su paso por Ecuador y Bolivia y el sueño Liga Nacional

Adriano Barreras, disfrutando de la Liga Nacional (Foto: Liga Contenidos9

A los 18 años se le plantó a su padre, Ingeniero Físico Médico con trabajos por el mundo, “llevame contigo, me quiero ir de Cuba, quiero otra vida”. Así fue como Adriano Barreras mostró su amor por el básquet, supo que para llevar adelante lo que le gustaba hacer debía superar los límites de su Cuba natal, sin importar mucho las condiciones sino simplemente armar la valija y volar en todo sentido.

Guayaquil, Ecuador, fue el primer destino de Adriano fuera de su Camigüe natal, allí la familia se instaló y hoy tiene una vida plena en tierras ecuatorianas y el lugar donde Adriano empezó a forjar su destino basquetbolístico.

“Como todo cambio fue bastante complicado, estábamos en otra  cultura, otra ciudad mucho más grande, más peligrosa y sin conocer a nadie hizo que por momentos sea difícil de sobrellevar. Sin embargo poquito a poquito te vas asentando, la familia se va sintiendo mejor económicamente y hoy se puede decir que vivimos muy bien en Guayaquil”, remarcó el escolta sobre su lugar de residencia actual, donde vive cuando no está en actividad junto a su mujer y su hija, además de sus padres.

Cuando no eres conocido en un lugar, pero llevas una pasión como el básquet, ganarte el espacio tiene que ser a base de jugar, la esencia de cualquier deporte señaló Barreras: “Llegué a Ecuador con 22 años y  como no me conocía nadie me tocó empezar a mostrarme, jugar en canchas de cemento, 3 x 3 en parques  para que me fuera viendo gente y poco a poco vas conociendo  te vas rodeando de personas de las buenas y de las malas, porque hay de todo. Así que empecé a recorrer todo el país con gente que me conseguía pruebas para jugar”

”En el 2015 no pude jugar la liga ecuatoriana, al no ser conocido nadie quiso jugársela por un chico joven recién llegado. En el 2016 jugué para un equipo que se llama ADN de la marina naval, me lesioné la zona pélvica y me perdí media liga. En ese momento jugué un par de partidos contra Piratas de los Lagos y contra HR Portoviejo que fue campeón. En el 2017 se me abrió la puerta y jugué la liga para HR, donde pude ser  goleador aunque no pudimos ser campeones. Al siguiente año firmé  con Piratas de los Lagos, donde me tocó ser más base que anotador”, agregó sobre su paso por el básquetbol ecuatoriano, donde logró tener su espacio y de allí saltar a otra aventura sudamericana, Bolivia.

Inicios en Cuba

El deporte cubano siempre ha sido importante, es un área donde el país le da mucha relevancia pero siempre apuntando a la formación y poco y nada al profesionalismo.  En Camagüey a casi 500 km de La Habana, Adriano se metió en el básquet desde los siete años y aunque tuvo un intento de beisbolista, nunca pudo separarse de la naranja hasta hoy. “Comencé a jugar al básquet a los siete años por medio de un compañero mío de aula que estaba conversando con un entrenador. De chusma le pregunté de que se trataba lo que estaban hablando y a los días ya estaba probando con el básquet, con la idea de divertirme no me importaba el deporte que sea”, contó

“El básquet me acompañó toda mi vida salvo un par de meses  que intenté jugar al beisbol, el deporte nacional de mi país. Me gustó pero no me llenaba como el baloncesto por lo que volví y nunca más dejé”, remarcó sobre su romance eterno con la naranja, firmando un destino con el deporte que marcaría su vida hasta hoy.

Un sueño cumplido, la Liga Nacional

El paso por Bolivia fue por demás exitoso, llegó a Nacional Potosí para jugar la segunda división del básquet boliviano y consiguió el ascenso rápidamente, siendo el goleador y el MVP del certamen. En su segunda experiencia en el país del altiplano, llegó a la final de la máxima división, pero su equipo no pudo superar a Pichincha, a pesar de que Barreras fue otra vez goleador y MVP del torneo, demostrando que estaba para dar un nuevo salto en su carrera.

Las vicisitudes económicas que atavieza Argentina, hace que los entrenadores de los equipos de liga deban agudiazar el ingenio para busca nuevos talentos extranjeros y el básquet de los países limítrofes suelen ser de ayuda para ver como rinden esos jugadores como primer paso y también es importante que en esos campeonatos haya muchos entrenadores argentinos que pueden recomendar.

El caso de Adriano Barreras tuvo que ver mucho con su buena performance en Bolivia para que le vienieran ofertas de la Liga Nacional, un sueño para él: “Mi primer sueño siempre fue venir a Argentina, seguía mucho a la generación dorada, ahora bastante a Facu (Campazzo) y de allí que siempre quise venir a jugar a la Argentina, como también a Brasil son dos países que soñaba con conocer”.

Ferro, aprendizaje constante

“Me decidí por Ferro por ser un club con mucha historia en el básquet y también por estar cerca de mi agente (Anibal Pawlik) en Buenos Aires”, manifestó el cubano sobre su llegada a Ferro para debutar en el básquetbol argentino.

La Liga Nacional, reconocido por muchos, es junto a la brasileña la más fuerte de la parte sur del continente y hasta quizás, sacando la NBA, la más competitiva de América. Y como tal si no estas preparado psicológicamente te puede pegar fuerte la realidad competitiva, hecho que remarcó mucho el entrevistado

“Siempre supe que la liga de Argentina era bastante fuerte, exigente y que  estar acá es el primer pasito a muchos caminos dependiendo de cómo te vaya. Sinceramente me ha costado la adaptación, vine con una idea y por ahí me costó bastante por las gran cantidad de reglas que hay tanto defensivas como ofensivas. Venía de unas ligas más pequeñas, como extranjero y goleador y no importaba tanto los tiros que tomaba mientras los metías y tampoco era tan relevante la selección de esos lanzamientos. Acá está todo muy scouteado, el cuerpo técnico sabe hasta como el utilero le sirve el agua al adversario”, indicó entre risas sobre lo difícil de la adaptación.

Venir de ser figura en otra liga y tener que cambiar al chip para ser uno más, sin conocer tanto el medio es una cuestión de suma importancia a la hora transitar un cambio basquetbolisitico. Adriano reconoció la sobreinformación que tuvo en su cabeza y que chocó contra sus malos hábitos acompañados de otros años: “Los  primeros días sentía que  mi cabeza iba a explotar, sentía que caminaba con diez kilos encima con mucha carga en mi cabeza y en los hombros. Cuando estás en la cancha me daban tanta información que se me bloqueaba todo y ya no sabes que hacer y hay momentos en que me sentía un juvenil. Era información por todos lados, la que te dan los entrenadores, la que te dicen tus compañeros en la cancha, la que te dicen los de la banca, la que crees saber tu pero no es tal, simplemente era mucho”.

Tras más de dos meses viviendo en Buenos Aires finalmente, el oriundo de Camagüey se empieza a sentir más a tono con la Liga y el equipo, al cual pondera y cree que aún puede estar mucho mejor: “Estoy muy contento acá en Ferro, por suerte me tocaron entrenadores que me han ayudado bastante y bancado en todo lo que es la adaptación. En cuanto al equipo sé que podemos mejorar mucho más, hemos perdido partidos por inexperiencia o ansiedad, pero lo importante es que somos un equipo joven con mucha hambre de aprender y mejorar. Estamos en mitad de tabla, pero sabemos que podemos mejorar, podemos jugar de igual a igual con cualquiera y creo que vamos a tener una bonita temporada”.

Lo que cuesta, vale y lo que vale es lo que realmente importa dice el refrán popular y en eso está Adriano Barreras, sabiendo que para no detener su carrera ascendente por Sudamérica deberá emplear mucho amor propio para imponerse en una Liga Nacional que ya le demostró que no es fácil, pero si era un sueño a cumplir sería un picardía no emplear el doble de esfuerzo para poder decir, jugué en Argentina y fui feliz.

Mauro Osores / [email protected]

En twitter: @basquetplus

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