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La curiosa anécdota del día que Rodman conoció al Loco Montenegro

09:51 09/01/2021 | El argentino quería llevar al exjugador de los Bulls a Helsinki. Lo que ocurrió rozó lo inverosímil. Después de miles de problemas, Dennis llegó.

Montenegro y Rodman

Hernán Montenegro y Dennis Rodman. ¿Quién es el loco? Siempre alguien es superior al otro y en este relato el exjugador de los Bulls de Jordan, Pippen y Jackson demostró ser el menos cuerdo. El escenario es Helsinki, Finlandia, y la crónica de los hechos es rocambolesca al punto de que suena irreal, aún cuando el episodio es contado por uno de sus protagonistas.

"En esa época estaba entre Moscú y Varsovia...Me encontraba en ese lugar de Rusia alrededor del 2005, 2006... y una gente de Los Ángeles me dice: ´Mirá, tengo a Dennis Rodman´. Le pregunté qué carajos quería que haga con él. Porque no era Michael Jordan, lo único que hizo en su vida fue agarrar rebotes, no le metió puntos a nadie", empezó explicando el Loco Montengro en una entrevista en ESPN.

La idea estaba clara. Querían llevarlo para un evento ¿El método? No tanto: "Tenía un amigo en Helsinki y lo llamó. Me comentó que lo deje ver qué hacía. A los cuatro, cinco días, lo contactó de nuevo y me dice: ´Lo traemos´. Lo tenemos que traer como un león enjaulado. 200 lucas verdes costaba. Vamos a ver si nos llevamos una moneda, le explico".

Al llegar, Montenegro se sorprendió, no podía creer lo que pasaba: "Me tomo el avión, me acuerdo como si fuera ahora. Llegué tres días antes porque ya lo veía venir, repito, acabamos de comprar un león enjaulado. Y cuando arribé a Helsinski, el hombre no estaba. Llamé a Los Ángeles y le pregunté al representante si había novedades de Dennis. ´Mirá, lo estoy buscando´, me explicó".

La reflexión del pivote argentino fue clara y esbozó un tímido "tratá de buscarlo de noche, no de día". Las horas pasaban y pasaban. La incertidumbre abrazaba el lugar. "Segundo día... No aparece. ´Hay que poner un privado, porque es la única forma que va a ir´. Eso me dijo su agente".

Gastar el dinero estipulado para traer a la estrella o dejarlo todo en una idea. Esa era la encrucijada. Pero Montenegro se decantó por lo primero: "Lo subí en un avión. Obviamente no gané un mango. Llegó al otro día... No sabés lo que fue...". 

"¿No lo pudiste dominar?", le preguntaron. "No no...", respondió rotundamente el loco, que encontró un loco más loco.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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