NBA

La traición que DeRozan aún no perdona

13:47 26/09/2021 | El intercambio entre San Antonio y Toronto dejó a heridas que aún no cierran para el alero de los Bulls. No es el hecho del traspaso, sino la falta de palabra.

DeMar DeRozan y su dolor tras irse de Toronto (Foto: Getty)

Toronto Raptors estaba ahí en el Este, llegando a finales de conferencia pero LeBron y los Cavaliers eran un piedra en el zapato por lo que las criticas hacía las figuras de los Raptors eran cada vez más crueles y con un nivel alto de exigencia, dado que no se lo criticaba al equipo por no dar lucha o jugar bien, sino por no llegar a la final de la NBA como si fuera algo fácil de cumplir.

DeMar DeRozan junto con Kyle Lowry eran el alma mater de esos Raptors que mejoraban año tras año, pero que no podían ir un pasito más. Primero fue el entrenador Dwane Casey el que salió eyectado del puesto a pesar de los buenos rendimientos en fase regular, incluso en playoffs también y después se sabía que faltaba un movimiento más. En el aire estaba la sensación que esa dupla de figuras, sobre todo DeRozan no eran las que llevarían a Toronto a tierra prometida, por eso que el rumor de la partida del escolta era cada vez  más fuerte.

Del otro lado del mapa, Kawhi Leonard entró en litigio con San Antonio y su traspaso era inminente. Los Spurs a pesar de que se rehusaron a perder a Kawhi, una vez que lo asimilaron buscaron sacar la mejor tajada posible y aunque no esté corroborado cien por ciento, si lo mandaban a un lugar donde Kawhi no estuviese tan cómodo, mejor. En este contexto cobró validez el hecho del cambio Leonard por DeRozan y allí radica la frustración del ex Raptors.

“Recibí la llamada antes de que saliera, lo supe la noche anterior. Hablé con el hombre (Ujiri), me  dijo ‘no esperaba decirte esto’, y simplemente colgué el teléfono”, contó DeRozan.

La dolencia de DeMar radica en que 48 horas de ese llamado para decirle que estaba fuera, habló con el GM, Masai Ujiri y este le dio su palabra de que no iba a haber traspaso, al menos por él. Sin embargo cayó el llamado desde Texas, algo que no esperaban y los números cerraban por todos lados, a pesar de saber que estaban recibiendo a un jugador que no tenía intenciones de jugar en Canadá.

“Era lo último que me esperaba, recuerdo que estaba yendo al cine a ver Equlizer 2 y sonó  el teléfono, le pedí a mi amigo que se detuviera y estuve como cuarenta minutos asimilando la situación frente a un local de Taco Bell”, recordó DeMar.

Lo único que pudo traer algo de bueno en ese intercambió es que fue parte central del canje, una especie de figurita por figurita, pero lo que más le dolió fue que el cambio llevó a Toronto a uno de los mejores jugadores de la NBA, un tipo que los guió al campeonato y luego se marchó sin más.

“Me tomó un tiempo largo asimilarlo, probablemente después de la burbuja de Orlando aún estaba maldiciendo la situación”, expresó en Club Shay Shay, un programa de entrevistas conducido por Shannon Sharpe.

Sentido de pertenencia y un desarraigo intempestivo golpeó fuerte en DeRozan, quien buscará continuar su levantada en la última temporada con los Spurs, jugando para Chicago en un equipo que tiene todo para sorprender a varios en el Este.

Compartir