Liga Nacional

Aquel descontrol llamado Walter Baxley

16:58 24/10/2020 | Brilló en Quilmes durante su paso por la Liga Nacional. Se metió a los hinchas en el bolsillo a base de puntos, lujos y talento.

Baxley en Quilmes (Foto: Prensa Gimnasia)

Recibe el balón, pide que todos se alejen, respira, empieza a moverse, mete un crossover que deja totalmente despistado a su defensor y anota un elegante doble desde la media distancia en el costado derecho de la cancha. Lleva vincha, manga, tatuajes y el pelo teñido de amarillo. Lo conocen como Walter Baxley y en Quilmes ejercía dominio. 

Desde el primer triple a la carrera se robó a los hinchas cerveceros, que supieron quererlo y contenerlo como uno más de su etnia. Tal fue su impacto que en dos de las tres temporadas que vistió la roja y blanca, el conjunto de Mar del Plata integró el Top-6 de la Liga Nacional. Incluso, en la 2014/15 los suyos terminaron cuartos.

Sus principales fortalezas venían a partir de su dribling y los aclarados que pedía y el cuerpo técnico permitía. Sabía castigar desde la media y larga distancia (siempre promedió 34.0% o más de tres), podía penetrar y también detectar a sus compañeros tras rompimientos. Además, tenía una mentalidad asesina en los minutos decisivos y no le escapa al protagonismo.

En sus tres campañas con Quilmes, el foráneo promedió 19.3 (2013/14), 20.5 (2014/15) y 23.7 (2015/16) puntos respectivamente, que le permitieron ser la principal referencia ofensiva del equipo. En total fueron 3601 tantos los que consiguió en su paso por la escuadra marplatense, donde disputó 170 juegos. 

Luego se fue a jugar a Atenas en la 2016/17, pero las cosas no salieron de la mejor manera y fue cortado tras disputar apenas 27 partidos, en los que tuvo unas cifras de 17.4 puntos y 2.0 asistencias en 30.0 minutos. En la 2017/18 arrancó en el Súper 20 con Ferro, pero no llegó a disputar la temporada de la Liga, ya que fue cortado antes por sus contínuos choques con Aaron Harper.

Aquella última imagen quizás enterró lo que logró antes, lo cual oculta su verdadera relevancia, la que supo demostrar en Mar del Plata, cuando destrozaba rivales en cada noche, con su look extravagante y su mirada intimidante. No lo olviden, por favor. Sería un error. Fue un hermoso descontrol.  

 

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