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La forma de jugar, de sentir el juego de Michael Jordan era competitividad pura, era querer ser el mejor en cada minuto y que un rival intente burlarse de él con un partido definido era como echar nafta al fuego. Mark Jackson fue un base de mucha personalidad y que no dejaba amedrentarse por nadie y aquella vez en los playoffs de 1989 hizo algo de lo que se arrepintió al segundo.

El contexto de esta historia se refiere al gesto característico y particular que tenía Jordan cuando jugaba al básquet, el cual era sacar su lengua en casi todas las jugadas. Las fotos icónicas de Su Majestad volando y sacando la lengua quedaron en el inconsciente colectivo de todos los amantes del básquetbol y según la explicación del propio protagonista: “Es un gesto que adquirí de mi padre, solía hacerlo cuando trabajaba. Tomé ese hábito de niño y me quedó”

Chicago Bulls y New York Knicks forjaron una rivalidad muy fuerte, sobre todo en la época de Michael Jordan. A MJ le encantaba jugar en el Madison y siempre se ha regocijado de obtener grandes victorias allí. La serie semifinal de conferencia de 1989 puso a Bulls y Knicks frente a frente, Chicago se llevó el primero y los de la Gran Manzana empataron la serie en el segundo punto con un triunfo por 114 a 97, contundente y en una de las jugadas del cierre Mark Jackson se fue con el balón y sacó su lengua de manera peyorativa con el único fin de molestar a Michael.

“Solo era joven y tonto”, explicó Mark y luego agregó: “Pensé que teníamos todas las respuestas, estábamos rodando bien y dije ‘Oh, está en la ciudad de Nueva York, lo vencí’. Pero ni bien lo hice me di cuenta que fue un error, es más miré a mi padre en la tribuna que me decía ‘no hagas eso’”

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En el documental The Last Dance se vieron otros costados de Jordan y también se ahondó en uno ya conocido, el cual era lo mucho que lo motivaba responder cuando le decían que no iba a poder o mismo cuando un rival lo desafiaba y eso hizo Mark Jackson con aquella cargada.

“Como habló de ello en el documental; todo eso lo tomaba y lo usaba como combustible y en aquella ocasión pasó eso sin dudas. Se hizo cargo del juego y de la serie; en realidad no sé qué me hizo hacer esa burla”, confesó Mark Jackson.

Los hechos remiten que tras esa derrota y con la serie mudada a Chicago, Michael inmediatamente al juego siguiente, en el triunfo de su equipo metió 40 puntos y 15 rebotes. Los Bulls se quedaron con la serie po 4-2 y tras el “lengüetazo” de Jackson, Su Majestad destrozó a los Kincks con una media de 41.2 en anotaciones en los cuatro juegos posteriores.