Especiales

Scola, Lamas y una historia de la determinación del capitán argentino

15:38 16/12/2020 | Luis se había recuperado de una dura lesión en la rodilla. Llegó a los entrenamientos con el seleccionado y sorprendió a todos, en especial al técnico,

Priogioni y Scola en aquel Preolímpico 2011 (Foto: Ligateunafoto)

¿Fecha? Temporada 2010/11. ¿Situación? Una lesión que casi lo deja afuera para siempre. ¿El protagonista? El gran Luis Scola. Venía de un momento complicado en su rodilla y el médico que lo trató en esa época, cuatro meses después de la operación aproximadamente, le confesó que no creía que el interno pudiese llegar a jugar de nuevo con normalidad. Incluso, le dio a lo sumo un año más dentro de la cancha. 

Terco, Scola no aceptó la respuesta y después de una pausa decidió que era hora de hacer unos cambios, no sin antes modificar sus costumbres fuera de la cancha como la alimentación, el modo de entrenar y demás. Así fue que llegó al seleccionado nacional ese año, cuando el equipo se preparaba para un importante torneo que se disputaría en Mar del Plata. 

"Vi el beneficio enseguida. Ese mismo año tenía la rodilla muy mal. En dos meses la recuperé y jugamos el Preolímpico, que lo ganamos. Me había operado, pero la cirugía menos invasiva. En su momento Julio (Lamas) me vio entrenar el primer día y se agarraba la cabeza... Yo después lo cargaba porque hicimos una práctica para que yo me moviera y cuando me vieron estaban en un costado los tres debatiendo como diciendo: ´Qué hacemos con este pibe´. Yo no podía correr. Hacen una reunión y me comentaron que podía prepararme para 15 o 20 minutos, pero les expresé que no lo iba a hacer en base a ese tiempo, sino para 35", confesó Scola en el podcast del periodista Juan Pablo Varsky. 

"Bueno, pero no estás...", quiso reclamar el cuerpo técnico. "Bueno, les dije, yo me preparo para jugar 35 minutos y lo peor que puede pasar es que esté bien para 15. En cambio, si me arreglo para 15, lo mejor es que puede llegar a esa fracción de tiempo. Y ese Preolímpico lo jugué y salí mejor jugador del torneo, clasificándonos a los Juegos Olímpicos. 

Aquella decisión rozó lo vitalicio y ese primer asombro ante Lamas fue el preludio de lo que continúa hasta el día de hoy, donde se mantiene como el goleador del Varese en la LegaBasket. "A partir de ahí no hubo vuelta atrás para mí, porque valoro lo que estar bien físicamente", evaluó el capitán. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

Compartir