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Zach Edey fue uno de los jugadores universitarios más impactantes este año y lo ha sido a lo largo de su carrera de tres años en Purdue. El gigante interno pulgadas viene de una temporada en la que promedió 22.3 puntos, 12.9 rebotes y 2.1 tapones por juego. 

Mientras que Purdue sufrió una decepcionante salida en la primera ronda del Torneo de la NCAA, los Boilermakers terminaron 29-6 y ganaron el Big Ten. Edey fue galardonado con el premio Big Ten Player of the Year, un consenso del primer equipo All-American y Sporting News National Player of the Year.

Si bien ha tenido un gran éxito a nivel universitario, existen algunas preocupaciones sobre cómo se traducirá el juego de Edey al nivel de la NBA. Ha dado grandes pasos en su desarrollo, pero muchos se muestran escépticos sobre su capacidad para defender en el espacio y moverse en el perímetro. Como han sido los tristes casos de Luke Garza o Kai Sotto, la promesa filipina que nunca terminó de explotar, Edey parece haber caído en el olvido de la NBA pese a todos sus logros individuales.

Se proyecta que el destacado de Purdue sea una selección de segunda ronda, pero no hay garantías de que escuche su nombre el día del draft. También se debe tener en cuenta que no hay garantías en los contratos para los jugadores de segunda ronda, por lo que Edey podría terminar en la G League o en el extranjero si las cosas no funcionan. Para alguien con tanto dominio en la universidad, se esperaría mayor interés de la liga, pero su juego "obsoleto" le ha dejado atrás frente a internos más modernos.

Con 20 años y habiendo dado algunos pasos importantes esta temporada, hay motivos para el optimismo con respecto al futuro de Edey. Si puede continuar mejorando su movilidad y encontrar más equilibrio en su juego, su stock de draft podría aumentar. De momento, se espera que siga intentando una explosión completa en Purdue.