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Chris Paul tiene una historia muy fuerte en Los Angeles Clippers, la cual ha durado seis años. Comenzó allá por la temporada 2011/12, cuando había llegado desde New Orleans, y desde aquel primer momento emepzó a enamorar a los fanáticos con su vistosa forma para jugar al básquet. Sus promedios globales con la franquicia angelina en fase regular fueron exorbitantes: 18.8 puntos y 9.8 asistencias en 409 partidos.

Pero su gran karma siempre fueron los playoffs. No porque su nivel decayera, sino porque a nivel colectivo nunca pudieron cumplir los objetivos. Por esta razón, este traspaso a un equipo consolidado como el de Houston abre un nuevo panorama para Paul. En su Twitter personal, el base trató de expresar sus sentimientos con la noticia: "Es increíble el cúmulo de emociones que siento ahora mismo, ni siquiera sé qué decir. Mucho amor y muchas lágrimas. Estoy tan bendecido y agradecido por la habilidad para jugar este juego, esa es la parte en la que nadie te puede preparar". 

Tampoco se dirigió a la gente de Los Angeles, en especial a los fanáticos de los Clippers: "A la comunidad de Los Angeles y a la nación Clipper les digo gracias. Por los últimos seis años no solamente me recibieron a mí, sino que también a mi familia. Pero más importante aún, estoy pensando en los chicos de las organizaciones 'LA Best' y 'Brotherhood Crusade', ustedes cambiaron mi vida. No importa hacia donde tenga que irme para trabajar, todavía tenemos mucho por hacer".