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El Draft 1988 será recordado como uno de los más fructíferos para Latinoamérica, pero sobre todo para la Argentina. Aquel evento fue el primero de la historia que contó con la elección de un jugador argentino. Y no fue únicamente uno, sino que fueron dos: Jorge González y Hernán Montenegro, quienes por diferentes cuestiones nunca llegaron a debutar en la mejor liga del planeta. Pero sus selecciones marcaron un hito para el básquet argentino, ya que fueron los precursores en el Draft de la NBA.

Ambos formaron parte de la tercera ronda de selección. El Gigante González fue elegido en el puesto 54 por los Atlanta Hawks y se dice que impresionó a los directivos de la franquicia, además de por su potencia física (2.29 metros y 160 kilos), por lo realizado en el Preolímpico de Montevideo en 1988. Un par de charlas con León Najnudel y Fernando Bastida (expresidente de la AdC), bastaron para decidirse por él. Pero el pivote no cumplió con el plan dietético que enviaron los Hawks y esto diluyó definitivamente su chance NBA.

Mientras, el Loco Montengro fue seleccionado por Philadelphia 76ers, en la posición 57 de aquel Draft. Sus pasos previos fueron diferentes a los de González, ya que el bahiense formó parte de Louisiana State University (LSU) y jugó algunos partidos en la NCAA. Su entrenador universitario, Dale Brown, fue el intermediario para su llegada a Philly, pero una superpoblación en su puesto generó que tuviera pocas posibilidades en una primera instancia. Un contrato no garantizado no lo convenció y decidió seguir su carrera en otro rumbo.