Informe

El Gigante González y la historia de sus primeras zapatillas

17:27 18/07/2020 | Osvaldo Orcasitas le pidió apoyo al Tola Cadillac para conseguir un calzado Adidas. Viajaron a Resistencia y se lo entregaron a Jorge.

González tuvo una corta carrera (Foto: Red Deportiva)

Jorge González, más conocido como el Gigante González, fue una personalidad especial y particular del básquet argentino. En sus años de bonanza logró dominar, pero su carrera se apagó con celeridad al igual que un cigarrillo. Llegó a medir 2.30 metros, y todo comenzó cuando llegó a Resistencia, en donde lo reclutó Hindú. Tenía ya 16 años y venía de El Colorado, Formosa.  

En su pueblo, el Gigante, ante la imposibilidad de conseguir zapatillas de su talle, debía encontrar otras formas de moverse en la cancha. Lamentablemente esto lo obligó a desinteresarse por el básquet. “La única posibilidad era moverme en la cancha con sandalias, no tenía otra cosa. Pero patinaba demasiado y tenía miedo de caerme”, le contó González a Osvaldo Orcasitas en una entrevista que realizó para El Gráfico.  

¿Qué hizo luego el periodista? Le propuso hacerle una nota, no sin antes hacer algunas gestiones para llevarle un par de zapatillas. Afortunadamente hizo un arreglo con el Tola Cadillac, que era promotor de Adidas, y se fue a destino con el regalo en su valija. Nada de eso fue fácil y para no tener problemas de numeración el reportero le pidió a Omar Rodríguez, un corresponsal que tenía la revista en el Chaco, que le tomara a González el contorno de sus pies con dos hojas de papel.  

Aquellas medidas llegaron a la capital del país como si fueran parte de un material periodístico de la revista, pero no eran más que una insólita (y efectiva) manera de conocer las características de los pies del Gigante. Modelo Top Ten High de Adidas, gestión de Oscarcitas con apoyo de Cadillac y un sueño materializado por un bien mayor fueron los factores que crearon una solidaria ayuda para alguien que lo necesitaba. 

Tola y Osvaldo viajaron a Resistencia, hicieron la nota y le entregaron aquel primer par de zapatillas. Luego pudo entrar al rectángulo de juego vestido de verde, con esas lujosas Top Ten High. La vida fue bondadosa, el básquet agradecido. El Gigante llegó hasta donde su físico le permitió. Nada hubiera sido posible sin esa ayuda.  

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
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