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Guy Rodgers, el mejor compañero de Chamberlain

11:15 01/09/2020 | El base fue el gran responsable de muchas de sus canastas y el pivote lo consideraba el mejor manejador de balón de la historia.

Foto: NBA.com

Existen diferentes maneras de contar la historia. Distintos focos y miradas que permiten entender con mayor exactitud los momentos que marcan un antes y un después. El partido de 1962 entre Philadelphia Warriors y New York Knicks en el que Wilt Chamberlain anotó 100 puntos suele recordarse únicamente por esa actuación. Pero, detrás del pivote, se esconde la figura de quien fue su mejor compañero: Guy Rodgers.

En ese juego, el base empató la marca de asistencias en un partido (luego fue superado en varias ocasiones) al repartir veinte. Casi todas fueron hacia el interno, que se aprovechó de la capacidad creativa de su ladero y dominó la pintura como nadie más ha hecho desde entonces. No era una labor que le fuera ajena: Rodgers es considerado uno de los mejores "generales de cancha" que hayan pisado la NBA, un verdadero facilitador. Jugó trece temporadas en la competencia y pasó seis de ellas junto al hombre récord.

Durante aquel lapso con la camiseta de los Warriors, apenas bajó del promedio de 7 asistencias por partido en una sola campaña. Además, lideró a la liga en pases gol en 1963, con una media de 10,4 por encuentro. Repetiría ese logro en 1967, pero ya como representante de los Chicago Bulls. Son varios los historiadores del juego que se atreven a asegurar que esa conexión entre el perimetral y Chamberlain supuso la consolidación de una jugada tan actual como lo es el alley-oop.

Más allá de cualquier suposición, lo cierto es que el propio Wilt siempre valoró la presencia de Rodgers. Entre otras cosas, porque muchas de sus canastas llegaban tras un pase suyo: "Siempre consideré que Guy era el mejor manejador de balón que vi en mi vida. Superior a Bob Cousy, Jerry West, Walt Frazier, Oscar Robertson o cualquier otro", sentenció cierta vez.

Se retiró como el tercer máximo asistente en la historia de la competición, un puesto del que fue desplazado hasta caer hasta fuera de los primeros veinte. Sus 6917 asistencias le dieron un promedio de carrera de 7,7.

El miembro del Hall of Fame es uno de los diez deportistas que estuvieron en la cima de ese apartado estadístico durante al menos dos campañas, pero pocas veces se lo recuerda a la hora de hablar de los mejores bases de todos los tiempos. Tal vez, porque el campeonato siempre le fue esquivo. O, quizás, porque la memoria suele ser injusta con los pioneros.

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