NBA 2016/17

La fase regular en 30 definiciones: ¿qué dejó para cada equipo?

13:33 13/04/2017 | Se terminó la fase regular y repasamos lo que dejó el año para cada una de las 30 franquicias de la competencia.

Westbrook intenta volcarla ante Gobert, dos protagonistas de la 2016/17

Se terminó la fase regular de la NBA y a continuación les proponemos repasar las historias que marcaron las campañas de los 30 equipos, yendo por orden de ubicación en los playoffs, primero con la Conferencia Este y luego con el Oeste. Esto pasó en la 2016/17.

 

El retorno verde. Luego de varias temporadas amagando con regresar a los primeros lugares del Este, Boston lo consiguió en la 2016/17 a lo grande: se quedó con la primera colocación de la Conferencia, dejando atrás al favorito de todos, Cleveland. ¿Las principales razones para el éxito? Una campaña excepcional de Isaiah Thomas y la mano mágica de Brad Stevens (¿técnico del año?) desde el banco. Ahora, a confirmarlo en playoffs.

Defensas bajas. La fase regular de los Cavaliers venía recorriendo caminos lógicos hasta el último mes y medio de la competencia. Allí el equipo se desmoronó por completo, mostrando gravísimos problemas defensivos, luciendo sin conexión entre sus jugadores y sufriendo un sorprendente bajo nivel de su banco de suplentes. Perdieron la ventaja de localía y pueden pagarlo caro... ¿se despertarán a tiempo como en otras ocasiones?

Pensando en playoffs. En las últimas campañas, Toronto siempre ha hecho muy buenas fases regulares y luego ha bajado su nivel en la postemporada. Esta vez tuvieron un año más irregular, pero realizaron dos fichajes claramente pensados para el momento más importante del año: PJ Tucker y Serge Ibaka. Pueden ser la diferencia para terminar con los problemas de templanza que han mostrado en años anteriores.

Volvió la química. Hasta hace un tiempo, los Washington Wizards parecían a la deriva, con un plantel que no le respondía al entrenador (Wittman) y dos figuras (Wall y Beal) que no parecían tener la mejor relación, al menos dentro del campo. Los capitalinos tampoco empezaron bien la 2016/17, pero con el correr de los partidos fueron encontrando un rendimiento que los llevó a terminar entre los cuatro primeros. La clave: por fin sus estrellas potencian el rendimiento colectivo. Ah, y mucho mérito para Scott Brooks, que ya demostró en OKC que sabe sacarle jugo a los egos enormes de los All Stars.

El impacto de Superman. En poco menos de dos años, los Atlanta Hawks hicieron la transición de ser considerados los Spurs del Este, por su juego de pases y de muy buena calidad técnica, a un presente completamente distinto: son la cuarta mejor defensa del torneo, pero con un básquet mucho menos pulido y avanzado, lo cual los ha llevado a tener importantes inconvenientes en ataque. El efecto Dwight Howard en su máxima expresión.

Greek Freek. La buena temporada de los Bucks y su sexto puesto en el Este tiene nombre y apellido: Giannis Antetokounmpo. El griego dio un salto de calidad enorme y se transformó en el primer jugador de la historia en terminar entre los 20 primeros de una fase regular en puntos, rebotes, asistencias, robos y tapas. Veremos si tiene compañía suficiente como para hacer algo de ruido en los playoffs.

Flashback. Durante las primeras semanas del 2017, los Pacers parecían destinados a una completa reconstrucción, sin encontrar un buen juego y con un Paul George que se rumoreaba se iría del equipo. Sin embargo, todo cambió a partir del All Star Game y con George en un nivel brillante, los de McMillan alcanzaron la séptima colocación. Y hasta reincorporaron a Lance Stephenson, para recuperar algo de la mística perdida. Para completar el viaje al pasado, se enfrentarán en primera ronda a LeBron James, su gran rival de hace un par de campañas atrás, cuando se encontraban entre los mejores del Este.

Dinámica cruzada. Cuando los Bulls decidieron juntar en un mismo equipo a Rondo, Wade y Butler, la sensación era que habían generado una situación que dificilmente fuera compatible. Y Chicago no decepcionó: las asperezas y declaraciones cruzadas no tardaron en llegar entre sus estrellas, además de un nivel flojo dentro del campo. Entraron a playoffs, pero no les sobró nada y sus perspectivas en la serie contra Boston no parecen ser las mejores. Lo que sí será interesante, es ver a Rajon Rondo tratando de volver a la trascendencia y eliminar a su ex equipo.

Jugar para ganar. Muchos creían que el Miami Heat utilizaría esta temporada para desarrollar jugadores jóvenes, apostando por la famosa estrategia del tanking para obtener una buena selección en el Draft. Esto parecía quedar confirmado tras un inicio de temporada flojísimo, pero lejos estuvo de ser la realidad. De la mano de Dion Waiters, el equipo llegó a tener una de las mejores rachas de victorias de la campaña y estuvo peleando hasta la última fecha por ingresar a playoffs. No le alcanzó, pero quedó claro que en South Beach, bajo el mando de Pat Riley, siempre se juega para ganar.

Quebrados. Así como destacamos a algunos equipos por haber encontrado su mejor química, el caso de los Detroit Pistons fue totalmente opuesto. Van Gundy pareció perder el control del plantel a mediados de la temporada y terminaron siendo un rejunte de individualidades, sin un rumbo claro. No es la primera vez que algo así le paso al intenso entrenador.

La gran decepción. Si hablamos de las decepciones más grandes, por ahí tiene que estar Charlotte. Los Hornets eran proyectados como un claro equipo de playoffs, pero tuvieron un año muy malo y quedaron lejos de la pelea, aún en el permisivo Este. Tenían material para dar bastante más.

Drama neoyorquino. Como en los últimos años, los Knicks fueron más veces noticia por sus problemas afuera de la cancha, que por su rendimiento dentro de ella. Desde los cruces de los jugadores con Phil Jackson, a un Derrick Rose que llegó a desaparecer misteriosamente en la previa de un partido, la campaña de New York estuvo marcada por situaciones extrañas y negativas. Kristaps Porzingis sigue siendo de lo poco que tienen sus fanáticos para ilusionarse.

Apuesta fallida. Orlando se armó para pelear por un puesto de postemporada, pero rápidamente quedó claro que estaban muy lejos de esa realidad. El equipo no parece tener una dirección clara, como queda reflejado en el fichaje de Serge Ibaka y su posterior traspaso a los pocos meses. ¿El resultado? Este jueves el Magic anunció el despido de su GM, Rob Hennigan.

El Proceso. Aunque el balance terminó siendo parecido al de otros años, los 76ers por fin mostraron algo de progreso dentro de su famoso Proceso a futuro. Joel Embiid la rompió cuando estuvo sano, mientras que Dario Saric probablemente se lleve el premio al rookie del año. Ahora, esperan por fin tener a todos sus proyectos disponibles para el próximo año, incluyendo a Ben Simmons (uno del Draft 2016) quien aún no debutó.

Hundido. Pocas franquicias están en una peor situación que los Nets: fueron el peor récord de la competencia, no tienen demasiados proyectos jóvenes sobre los que ilusionarse y para colmo, ni siquiera tienen su selección en el Draft 2017 (le pertenece a Boston), la cual tranquilamente puede terminar en el primer escalón del sorteo. El resultado de una dirigencia que por momentos no parece entender el escenario del torneo.

 

Armando el rompecabezas. Desde un principio se supo que el principal desafío para los Warriors, tras la llegada de Durant, pasaría por complementar de la mejor manera a las figuras y asegurarse que todos estén contentos. Kerr lo logró durante buena parte del año y aunque no tuvieron el paso aniquilador de la 2015/16, son por lejos el gran favorito al título. Todavía no parecen haber alcanzado su techo, lo cual debería asustar a la liga.

El equipo de Kawhi. La 2016/17 marcó la explosión definitiva de Kawhi Leonard como amo y señor de los San Antonio Spurs. Los texanos ya no son el equipo lucido de hace un par de años atrás, sino que dependen cada vez más de las invididualidades (Leonard y Aldridge, sobre todo). ¿Podrá tener éxito esta nueva etapa en los playoffs? Difícil de saber, aunque para vencer a rivales como los Warriors, precisan recuperar parte del andamiaje de antaño.

100% D´Antoni. Luego de varios pasos en falso por los Knicks y Lakers, Mike D´Antoni recuperó el prestigio de sus años en Phoenix, transformando a los Rockets en una de las potencias del Oeste. Es cierto que James Harden tuvo un año fenomenal, pero el gran responsable del presente de lo texanos es el propio entrenador, quien realizó una apuesta arriesgada en la pretemporada (darle la base a Harden) y se encargó de rodear al barbudo con excelentes tripleros y jugadores complementarios. Pocos equipos tienen la identidad de su técnico tan marcada como este Houston.

Historia repetida. Todas las temporadas parecen ser idénticas para los Clippers: irregularidad, momentos de muy buena calidad seguidos por otros de muy bajo nivel, lesiones... básicamente, la sensación de que les falta una marcha para meterse realmente entre los mejores de la conferencia. Probablemente esta sea la última oportunidad para un núcleo de jugadores que por ahora no ha estado a la altura de las expectativas.

Promesa cumplida. Antes del inicio de la 2016/17, muchos apuntaban al Utah Jazz como el máximo favorito a ser la revelación del año y los de Snider no decepcionaron. Liderados por Gordon Hayward en ataque y por Rudy Gobert en defensa, se metieron en el tope del complicado Oeste. Y a estar atentos: no se conforman con solamente haberse clasificado a playoffs, sienten que tienen material suficiente para ganarle a los Clippers en la primera ronda.

O to 0. Más allá de su buen sexto puesto, está claro que la historia del año para el Thunder pasó por la temporada de Russell Westbrook, quien se transformó en el segundo jugador en promediar un triple doble en la NBA. El número 0 alcanzó a la Gran O, Oscar Robertson. El base peleará por el MVP con James Harden, siendo hoy el máximo favorito a ganarlo.

Otra cara. Con la llegada de David Fizdale al banco de suplentes, los Memphis Grizzlies sufrieron una mutación de lo que venía siendo su identidad en estos años: dejaron de lado el Grit and Grind, por un básquet más dinámico y con mayor peso específico del tiro externo. El reflejo de esta apuesta pasó por el hecho de que Fizdale le quitó la titularidad a Zach Randolph, en lugar de un jugador más complementario como JaMychal Green. La realidad, sin embargo, es que los resultados no fueron los mejores y los Grizzlies cerraron muy mal la fase regular. Igual, serán tan duros como siempre en los playoffs.

Justo a tiempo. La campaña de los Blazers parecía destinada a quedar en los lugares de la Lotería, lejos de los playoffs. Sin embargo, un canje en el momento justo les produjo un giro de 180 grados: la llegada del bosnio Jusuf Nurkic, quien no tenía lugar en Denver (curiosamente a quienes terminaron robándole el octavo pueso), pero que la rompió desde su llegada a Portland. Además, se encendió Damian Lillard y el equipo logró acoplar a todos sus perimetrales, como no había podido hacerlo en el comienzo del año. Pero insistimos, el impacto que les permitió llegar a estas instancias fue obra de la mole Nurkic (en duda para el inicio de la serie ante los Warriors).

El peor lugar. Si hay un lugar que un equipo joven como los Nuggets no querían, seguramente era este noveno puesto del Oeste. Se quedaron a mitad de camino: no entraron a playoffs, luego de estar en esos puestos durante buena parte de la campaña, pero tampoco consiguieron una buena posición de cara al sorteo del Draft. Además, su dirigencia quedó bastante mal parada con la mencionada situación de Nurkic.

Con dos no alcanza. Los Pelicans dieron uno de los golpes del año, incorporando a DeMarcus Cousins en febrero, para jugar en pareja con Anthony Davis (quizá los dos mejores internos de la competencia). Todo el mundo creía que con ellos les alcanzaría para pelear puestos de postemporada, pero los de Gentry estuvieron lejos de hacerlo. Veremos si los rodean mejor en la 2017/18.

Tanking con victorias. Mark Cuban fue muy claro con respecto a la manera que tuvo Dallas de encarar la temporada: apostaron por el tanking (perder para quedar bien de cara al Draft), pero no de manera deliberada o antideportiva, sino dándole mucho espacio a los jugadores jóvenes, entre ellos Nicolás Brussino. ¿Repitirán esta estrategia en la 2017/18, quizá la última de Dirk?

Borrón y cuenta nueva. Sacramento decidió comenzar una nueva etapa, intercambiando a DeMarcus Cousins a New Orleans, a cambio de bastante poco. Estaba claro que el principal objetivo de los Kings era deshacerse a toda costa del pivote, un jugador tóxico dentro del plantel. Ahora viene lo más difícil: reconstruirse desde la nada misma.

Demasiado lejos. Así como muchos apuntaban al Jazz como revelación, algo parecido pasaba con Minnesota. Sin embargo, los resultados fueron prácticamente opuestos. Lo que en los papeles parecía una fórmula ideal, juntando el talento de Wiggins, Towns y Lavine, con el exigente Tom Thibodeau, no terminó dando ningún tipo de resultado. Los Wolves no mostraron progreso alguno con respecto a otros años y siguen lejos de alcanzar su buen potencial.

Sigue en el fondo. La llegada de Luke Walton a los Lakers había revitalizado las esperanzas de los angelinos para esta temporada. No porque alguien creyera que eran un equipo de playoffs, pero sí parecía que el ex Warriors podía darle otro vuelta de tuerca a un plantel joven y bastante talentoso. Sin embargo, los californianos se quedaron a mitad de camino, realizando incorporaciones difíciles de explicar (Deng y Mozgov, por ejemplo) y sin que ninguno de sus proyectos terminase de explotar. Se esperaba un poco más para este comienzo de la era Walton.

70. Ese fue el único número positivo en una campaña para el olvido de parte de los Phoenix Suns: los 70 puntos que le anotó Devin Booker a los Boston Celtics. Que ni siquiera con dicha anotación le haya alcanzado a los de Arizona para ganar ese encuentro, habla a las claras de lo que fue su 2016/17.

 

 
Juan Estévez / [email protected]
En Twitter: @basquetplus
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