Felices 57, MJ

La historia detrás de la unión entre Michael Jordan y Nike

08:37 17/02/2020 | La conexión entre la leyenda de Chicago Bulls y la marca deportiva se ha transformado en uno de los negocios más lucrativos de todos los tiempos. Un repaso a los inicios de aquel acuerdo.

Michael Jordan posa con las Air Jordan I. Foto: Esquire.

Pocos momentos han sido tan importantes en la historia del deporte y los negocios como cuando un joven de 21 años llamado Michael Jordan decidió firmar un contrato con Nike, una marca de indumentaria que casi nadie conocía y que buscaba saltar a la fama. Aquella conexión supuso un antes y un después en el desarrollo del marketing deportivo, popularizó la personalización de zapatillas y transformó a esa empresa en una de las más fuertes del mundo. Sin embargo, los hechos demuestran que Jordan estuvo a punto de firmar con Adidas. A último momento, se arrepintió y cambió de planes.

Todo se remonta a 1984, año en el que el joven que había marcado el tiro ganador con el que el equipo de North Carolina se consagró campeón de la NCAA decidió entrar al Draft. Como todas las estrellas en ascenso, Jordan tenía la fama y el talento suficiente como para conseguir un patrocinio. Durante su etapa universitaria había vestido Converse, la indumentaria más popular entre los jugadores de la NBA. La lógica indicaba que ese sería su destino y David Falk, su agente, pactó una entrevista con la marca. Fue entonces cuando le dijeron que iba a recibir el mismo trato que Magic Johnson, Larry Bird y Julius Erving, estrellas que ya formaban parte del grupo de atletas de Converse. Sin pensárselo dos veces, Jordan soltó una pregunta que los sorprendió: "¿No tienen pensado nada creativo?" 

Para los directivos de la empresa, su petición era absurda. Estaban dispuestos a ofrecerle las mismas cosas que a un pequeño puñado de figuras ya consagradas en la liga. Y, por mucho potencial que tuviera, él era apenas un muchacho recién salido de la universidad que aún no había probado su talento en el profesionalismo. A pesar de sus intentos por convencerlo de que un acuerdo con ellos era lo mejor para su carrera, Jordan los borró de la lista.

Falk sabía que quería algo distinto a todo lo que ya existía, pero también comprendía que muchas empresas establecidas en el mercado no tenían la intención de arriesgarse por un novato. Le sugirió reunirse con Nike, una firma que recién daba sus primeros pasos y que era totalmente desconocida por la gran mayoría de los estadounidenses. Jordan dijo que no. Su sueño era sumarse a Adidas y no estaba interesado en escuchar otras propuestas. Curiosamente fue Deloris, su madre, quien prácticamente lo obligó a darles una oportunidad.

Sin muchas expectativas, él y su agente tomaron un vuelo hacia Oregon para asistir a la reunión. Phil Knight, creador de Nike, los recibió con una sorpresa. En una pantalla, comenzaron a reproducir jugadas suyas en la NCAA y en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984 con música de fondo. Luego, Knight charló con ellos durante unas horas y ambos se fueron de la sala en la que se encontraban. "No necesito más entrevistas. Ni siquiera con Adidas. Este es el trato que quiero", afirmó Jordan al salir.

Aquel era el matrimonio perfecto. Un atleta joven con aires de grandeza y una marca que necesitaba una estrella para catapultarse. En septiembre de ese mismo año se lanzó la primera edición de las Air Jordan I. El resto es historia.

 

Leandro Carranza
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