La Liga 2016/17

Llegó el día: Leo Gutiérrez y el final de una era gloriosa

23:42 13/05/2017 | El cordobés disputó esta noche su último partido como profesional. Se despide el más grande de la historia de la Liga Nacional.

Leo dijo adios

Llegó el día impensado. Todo tiene su final, incluyendo la carrera más gloriosa que haya visto la Liga Nacional en sus más de tres décadas de existencia. Leo Gutiérrez jugó esta noche su último partido como profesional, retirándose tras el clásico marplatense ante Quilmes. Con él, se despide una parte inmensa de la historia del torneo: ya nada será lo mismo sin el nacido en Marcos Juárez. 

Hablar de logros, números y datos, parece limitar el alcance de lo que realmente significó el cordobés. Pero valen la pena para al menos ayudar a contextualizarlo: Leo se retira como el jugador con más presencias en la Liga Nacional (1106), el tercero con más puntos (14531) y por un buen margen, el más veces campeón (10 títulos con cinco equipos diferentes). Ganó tres Copas Argentina, tres Súper 8, dos Sudamericanas, un Sudamericano de Clubes Campeones, una Liga de las Américas y dos Interligas. Fue elegido cuatro veces MVP de la fase regular y otras cuatro como el más valioso de las finales y tiene en su poder varios récords, incluyendo el haber anotado 15 triples en un solo partido.

¡Y qué decir de su paso por la selección! Fue parte del corazón de la Generación Dorada, ganando tres Sudamericanos, un FIBA Américas, un subcampeonato del mundo, una medalla de bronce olímpica y por supuesto, el oro en Atenas 2004, en una de las mayores gestas deportivas de nuestro país. En resumen, se despide el ganador más furioso que hayamos disfrutado en la Liga y aunque seguramente le hubiese gustado irse en otro contexto desde lo colectivo, basta con hacer un breve repaso de su currículum para darse cuenta que no le quedó absolutamente ninguna cuenta pendiente: ganó literalmente todo en lo que compitió.

De todas formas, no son solamente sus trofeos o sus números los que destacan la figura de Leo. Hay varias cuestiones fundamentales para entender por qué hablamos de alguien realmente único. Una de ellas pasa por su progreso, ejemplificado en el desarrollo de su tiro de tres: durante sus primeras siete temporadas en la Liga, anotó un total de 18 triples (su máximo en una campaña fue 6). Pero cuando se dio cuenta que necesitaba mejorar ese aspecto para ser realmente efectivo, no se conformó con obtener un lanzamiento pasable... ¡se volvió uno de los tiradores más peligrosos del mundo! Hoy se retira como el triplero más prolífico de la historia del torneo y como ya mencionamos, dueño de marcas del calibre de sus 15 triples en un solo juego. El no conformarse, ir siempre por más y superar todas las expectativas, fueron marcas registradas de este gladiador.

Otro punto significativo que llena la carrera del cordobés es su capacidad de liderazgo. Se puede debatir sobre gustos particulares a la hora de elegir al mejor jugador de nuestro básquet  a nivel nacional, pero lo que no se puede poner en duda es que nunca se ha visto un competidor del tamaño y la personalidad de Leo. Durante varios años, la Liga parecía tener una máxima infalible: el equipo que tuviera a Gutiérrez en sus filas, se llevaría el título. Y no porque siempre estuviera en los planteles más talentosos. No, la clave pasaba por sus dotes naturales para hacer lo necesario para cumplir con su obsesión: terminar el año levantando una copa. Eso mismo que logró en casi 30 ocasiones durante su carrera, siempre en menor o mayor medida, con algún aporte clave para conseguirlo. Si había que elegir a un jugador para un partido, una posesión, un tiro, Leo siempre fue el indicado.

Su legado en el básquet nacional es difícil de dimensionar en este momento, cuando recién nos estamos empezando a imaginar una Liga sin Leonardo Gutiérrez. Pero su leyenda es realmente imposible de pasar por alto: en los estadios donde no ganó un título, hay recuerdos de alguna noche memorable; los entrenadores o jugadores que tuvieron la suerte de compartir algún plantel, no dudan en marcar su importancia extrema y quienes no tuvieron esa fortuna, igualmente reconocen su lugar en el pedestal más alto al que se puede llegar. Los hinchas que no lo disfrutaron, lo sufrieron con el deseo oculto de poder verlo con su camiseta puesta. Leo potenció y jerarquizó todo lo que tocó. 

Las canchas argentinas ya no tendrán al más grande de todos. El tiempo traerá otras estrellas, otros líderes, otros campeones, otras leyendas... pero jamás otro Leo Gutiérrez. 

 

 

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