Entrevista

Luis Martínez: "Nadie me quitará haber sido el primer campeón de la Liga"

09:14 18/06/2020 | Hablamos con el entrenador de Ferro en la primera edición de la Liga Nacional: sus comienzos, León, la Liga y la Coditep. Para leer con atención.

Foto Marcelo Figueras

A 35 años de la primera edición de la Liga Nacional de Básquetbol, nos pareció muy interesante charlar con el entrenador del primer campeón de la competencia, Ferro Carril Oeste. Luis Martínez, heredero de León Najnudel en un banco con mucho peso, se coronó no solamente ese año, sino al siguiente. Su relación con el básquet siguió más tarde comandando la Coditep de los entrenadores durante casi dos décadas. Voz autorizada para escuchar. 

-¿En qué andás Luis?
. Estoy alejando del básquet, juntándome con amigos, viajando mientras podía. Mucho tiempo en Valeria del Mar. Cuando largué Atebara y Coditep en 2012 me jubilé y a partir de ese momento tuve la oportunidad de viajar y pasarme los veranos en Valeria. 

-¿No más básquet?
. Muy poco. Algunas veces que nos hicieron homenaje en Ferro. Y fui a verlo alguna vez porque me invitaban o Daniel Corvalán me decía de ir. Por tele veo poco. A veces NBA o torneos europeos, porque la Liga no se puede ver. Es un espanto, me aburre totalmente. Además ver equipos con cinco americanos contra otro con tres americanos creo que no tiene nada que ver con el concepto de Liga que uno imaginó cuando se creó esto. 

- Después volveremos a la Liga. Te llevo a tus inicios. ¿Cómo ves a la distancia al Ferro de aquellos primeros años de la Liga que te tocó dirigir?
. Creo que el de 1986 fue de los mejores. No se puede comparar con otros, pero marcó un hito en su época. Como Atenas en 1998 cuando arrasó en el Luna Park. Ese Ferro fue también el corolario de todo el esfuerzo que había hecho el club para hacer Liga, siendo un top como club. Tenía todo y haber ganado las dos primeras ligas fue un logro. Ferro de las primeras cinco ligas ganó 3, fue subcampeón en otra y tercero en otra. 

-¿Cómo habías caído en Ferro?
. Je, en febrero de 1978. Hasta 1977 yo había jugado en Racing y cuando terminó ese torneo no se sabía qué iba a pasar en el club. Un mediodía de febrero estábamos con León (Najnudel) charlando en el Dandy, me preguntó qué iba a hacer, le dije que no tenía la menor idea y me dijo ¿no querés dirigir? Le dije que me lo dejara pensar. A la hora me dice ¿tenés que hacer algo? Y me llevó a Ferro. Llegamos al Etchart, fuimos a la utilería donde estaba el viejo Tartaglia y le pide ropa para mí, y le dice: "Dele a Martínez que es el nuevo integrante del cuerpo técnico de Ferro". Ese fue el tiempo que me lo dejó pensar. Y ahí arreglamos todo. Ni hablamos de plata con los dirigentes. Simplemente me dijeron que iba a dirigir los Infantiles B y que iba a ayudar a Luis (Bonini) en las inferiores. 

-¿Bonini qué hacía?
. Él dirigía infantiles A, cadetes y juveniles. Yo dirigía infantiles B y en 1979 ya Luis se quedó solo con juveniles, entonces anulamos el infantiles B, y me quedé con infantiles y cadetes A. Y en 1980, cuando Luis se fue con Bonini Griguol al fútbol, agarré cadetes y juveniles y ayudaba a León en la primera. 

-¿En las fotos de los Ferro campeones vos no estás, por qué?
. Porque los que entraban al banco eran León y César (Putallaz). Yo no iba al banco, pero en 1980, cuando a León lo suspenden, al equipo lo dirigí yo, no César. Siempre le decía al Ruso (León), que el primer título de Ferro lo gané yo, y no él. 

-¿De dónde lo conocías a León?
. De toda la vida, del barrio. Él llegó a Atlanta cuando yo era primer año de cadete. Vino como ayudante de Jaime Pérez y dirigía las inferiores. Cuando lo echan a Jaime queda él de entrenador de los mayores y ganan el campeonato de la Asociación Buenos Aires. Y al año siguiente, siendo yo juvenil, debuto en primera. León me dirigió 14 años en Atlanta. En 1975 me fui a Racing, donde estuve 3 años, y después llegué a Ferro.

-¿Tengo que deducir que Atlanta fue el semillero de la Liga o León lo era? Porque en ese Atlanta también estaba Horacio (Seguí).
. Yo creo que parte de los dos. El secretario de León en el armado de la Liga fue Horacio y si no tuvo más trascendencia fue por su carácter. Él se peleaba con todo el mundo. Horacio ponía en el papel todo lo que el Ruso decía, lo que pasa es que el Ruso no escribía, hablaba. Si no hubiese estado Horacio hubiera sido más difícil. 

-¿Participabas de las charlas preliga o no tanto?
. De pocas, porque yo era el que le atendía los entrenamientos, porque León se rajaba seguido. Desaparecía por el tema de las charlas y reuniones de la Liga. Sí participaba de las charlas en el barrio. Porque vivíamos a 3 cuadras. Él venía seguido a casa. Y yo a la de él. León era muy salidor además, entonces los sábados a la noche salía, y los domingos a la mañana entrenábamos, entonces cuando yo me levantaba lo primero que hacía era llamar a su casa para que lo despertaran para que fuera al club. 

-¿En esa época ya tenías tu otro trabajo de toda la vida?
. Sí, siempre tuve mi otro trabajo de empleado civil del Ejército en el Estadio Mayor General. Por eso, gracias a eso, me pude dedicar a la Coditep. No hubiese podido estar sin eso. Y vivo de mi jubilación.

- Vos viviste los dos últimos grandes momentos del básquet de Capital, tanto en el torneo local de los 80 como en el arranque de la Liga, con Ferro como gran protagonista. ¿Costó adaptarse a una competencia donde pasaban a ser uno más?
. Lo único que costó fue soportar la presión de que todos te decían que eras el candidato y vos lo tenías que reafirmar. Había que sobrellevar esa presión. A nosotros nos trataban muy bien a cada lugar a donde íbamos. Salvo por ahí en Córdoba, en la calle. En 1988 me fui a veranear a Salsipuedes, Córdoba. Tenía mis hijos chiquitos. Me tuve que volver a la semana porque salía con ellos a pasear y me puteaban por la calle. 

- Vos tomaste Ferro cuando León se va a España en 1983. 
. Sí, él se va a España y le dice a Kriscautzky que solo sería por un año, que quería tener esa experiencia, y que me dejen a mí en su lugar. Pero nadie me dio una seguridad de que me quedaría. Quedamos como que yo le cuidaba el lugar a León. A mitad de 1984, cuando se está por organizar el Argentino de Clubes clasificatorio para la Liga, en una de las charlas que tengo con León, me dice que no va a volver a Ferro porque se iba a la selección. Él habló con el club, Kriscautzky y Bastide hablaron conmigo para ver si me animaba, les dije que sí y arrancamos. Ahí decidimos jugar la Liga de 1984 sin americanos, porque teníamos varios chicos buenos y teníamos que ver con cuáles nos quedábamos para la primera Liga oficial de 1985. Igual llegamos a semifinales. A partir de 1984 quedé confirmado. En ese entonces éramos empleados del club, en blanco, pero el acuerdo era que se renovaba la confianza año a año y el día que me fuera no le iba a hacer ningún juicio laboral al club. Y así ocurrió. 

- En 1983 ganaste el torneo local. 
. En 1983 ganamos todo. Los dos torneos de Capital. 

-¿Qué era ese Ferro, el de la Liga? 
. Era el club ejemplo. Todo el mundo se quería parecer a vos. Todos querían ser Ferro. Era el ejemplo a seguir. Eso daba satisfacción, pero también obligación. Y siempre tuvimos un comportamiento acorde. 

-¿El de 1986 fue el mejor Ferro de todos, incluyendo los que jugaron en Capital antes de la Liga?
. Para mí sí. Pese a que el mejor americano de todos potencialmente fue Glenn Mosley, lo que pasa es que era muy vago y conflictivo, que incluso se negó a jugar el primer partido final de 1985. Carl Amos como jugador no era brillante, pero sí era un brillante jugador de equipo. 

- El plantel de nacionales en 1986 era inigualable. 
. Sí, totalmente. Eso nos lo permitió también el torneo de 1984, en el que los pudimos probar. 

- Así y todo la pasaron mal contra Olimpo en la final. 
. Claro que la pasamos mal. El primero lo ganamos con lo justo en Buenos Aires y el segundo lo perdimos. Ellos tenían a Montenegro, a dos extranjeros muy buenos, a Esteban Pérez. La pasamos muy mal. Nos tenían complicados porque a nosotros nos faltaba gol. Amos hizo dos partidos tremendos en Bahía, al igual que todo el equipo. 

- Te pregunto qué era tener estas dos personas cerca: León y Miguel Cortijo. 
. A León no lo tomaba como algo especial, porque yo era muy amigo de él. Era natural nuestra relación. Cuando él llegó a Atlante tenía 20 años y yo era el capitán de los cadetes que dirigía. Yo era el pibe del club, todos los dirigentes me conocían y manejaba al club. Es más, en primera división yo era el capitán estando Arce y otros varios. Porque León quería que fuera yo. Lo mío fue más allá de lo basquetbolístico con el Ruso. Tenía una relación de amistad. Él se encontraba por mi vieja por la calle y le decía que lo invitara a cenar. Yo ví el documental sobre él y se olvidan lo más importante, que es Atlanta. Es el que le da el trampolín. Cuando yo lo conocí era el Ruso de Villa Crespo. No era León. 

-¿Le tenías fe de entrada a León en que iba a poder implementar la Liga?
. Sí, porque el Ruso era muy obsecado. Y se enfrentaba con cualquiera. No le tenía miedo a nada. Aparte, tenía conocimiento para discutirle a cualquiera y, más de grande, los pergaminos. 

-¿Y Miguel?
. Fue el mejor jugador que dirigí, el más inteligente dentro de una cancha, un gran tipo. Un jugador de puta madre. Hubiese jugado en cualquier época de la Liga, aunque no se puede comparar. Es de los mejores de la historia, de eso no tengo dudas. Hablaba poco, pero cuando hablaba decía lo justo. El día del problema con Mosley, y Mosley pidió volver para jugar la revancha en Buenos Aires, los reuní a todos en la utilería de Ferro y varios decían que sí, otros que no, hasta que Miguel dijo "señores, Glenn nos ayuda a ganar, que juegue; después vemos lo que hacemos". Clarito. 

-¿Te diste cuenta que ibas a ser para toda la historia el primer campeón de la Liga?
. Sí, eso lo tengo claro. Después dirigí a Mitre, a Vélez, y cuando me preguntaban de la plata, de que debía tener mucha guita por ser campeón, les respondía: nunca jugué por la plata, si no no hubiese dirigido Coditep y hubiera tomado un equipo. Y lo que sé es que quedé en la historia. Le guste o no le guste a alguno. Soy el primero. Y eso no me lo va a quitar nadie. 

-¿Por qué te fuiste de Ferro?
. Porque el club decidió que no siguiera. Nunca lo hablé con León, pero estoy seguro que él ya tenía hablada su vuelta. En 1988 además perdemos las semis contra River en quinto partido y después nos reunimos con Kriscautzky y ellos me dijeron que querían hacer un cambio. Les dije que no había problema, me hicieron pasar por tesorería para cobrar lo que me debían, cobré, firmé y me fui. 

-¿Cómo fue la historia con Tato López en 1987?
. Tato era una mala persona. Quedó demostrado después en Ferro, cuando lo vuelven a traer, ya sin estar yo, y los vuelve a cagar, y va al bombo en un partido. No me acuerdo el rival, pero sí que fue en cancha de Ferro. Además había creado un problema interno en el plantel por una cuestión con Miguel (Cortijo). Me acuerdo que Miguel Romano me vino a preguntar y le pedí que aguantara hasta terminar el campeonato. Me respetó y cuando terminó, le conté todo. Y se armó un despelote bárbaro. Me acuerdo porque al otro día era la cena despedida del año e iba a estar Tato. Llegamos, Tato me llamó para hablar aparte y siempre me acuerdo que vino Diego Maggi y me dijo al odio "andá tranquilo que nosotros vamos a estar del otro lado". Pensaban que me iba a cagar a trompadas. Me pidió explicaciones, se las dí, pero no pasó nada. Pero Tato nos encaraginó el equipo con el tema de Miguel. 

-¿Con León seguiste muy cercano?
. Sí, claro. Incluso en 1989 seguí yendo a todos los partidos de Ferro y después normalmente nos íbamos a comer juntos. Muchas veces iba al vestuario después de los partidos. De hecho, el día que salen campeones ese año me dice "vos sos responsable de esto también".

-¿Cuándo tomaste Coditep?
. Cuando se creó, en 1994. Estuve 18 años. 

-¿Quedaste conforme con tu ciclo?
. Yo me quedé absolutamente conforme con todo lo que logramos. No con lo que hicieron después. Perdieron todo. En seis años destruyeron todo lo que hicimos en 14. Es otra de las cosas con las que quedo tranquilo de conciencia. Una de las noches que cuidaba a León en el hospital, me dijo "cuidá que esto no se caiga". Por la Coditep. Y le dije que mientras yo estuviera, lo iba a tratar. Y hasta el 2012, cuando me fui, la Coditep quedó arriba, traje a los mejores entrenadores del mundo a dar clínicas, conseguimos el libre deuda, no hubo un solo juicio de un entrenador para poder cobrar, dejé una Coditep con mucho dinero. Todo como tenía que estar. Hoy no existe. Culpa de quienes me sucedieron y de los entrenadores de primera línea que nunca le dieron pelota a esto, como ya tenían su situación financiera solucionada, no se preocuparon por los que venían atrás, todo lo contrario de León, que se murió sin un sope. Se dejaron engatusar por un sinvergüenza que hoy dirige la CABB y que ahora los va a engatusar de nuevo porque se están queriendo abrir de Atebara y quieren hacer esta nueva organización de entrenadores y entrenadoras, porque están con lo del lenguaje inclusivo. Aparentemente van a trabajar con la CABB, y lo que va a pasar es que los va a dividir otra vez. 

Fabián García / [email protected]
En Twitter: @basquetplus

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