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Manu Ginóbili legendario: un especial de sus cinco mejores juegos

16:36 21/02/2020 | Elegir un partido significativo de Ginóbili es imposible. Por eso en Básquet Plus elegimos sus cinco mejores. A continuación cada uno de ellos.

Ginóbili en San Antonio (Foto: NBA)

Elegir un momento, un partido o una alegría que haya brindado Emanuel Ginóbili a los aficionados del básquet es imposible. Sus proezas son incontables y los ejemplos que dio dentro o fuera de las canchas están almacenados en los recovecos de todos los que aman este deporte.  

Las maravillas que el número 20 realizó con la pelota naranja todavía producen piel de gallina y la herida de su retiro está lejos de cicatrizarse. A pesar de que su alejamiento del rectángulo de juego se dio hace muchas temporadas, el anuncio sigue siendo como un infarto, como un golpe al corazón. Fue una verdad que nadie quería escuchar, de esas que verdaderamente duelen. 

Durante su carrera se entregó en cuerpo y alma a sus equipos y jamás negoció la actitud, el compromiso y el deseo de ganar. Es por ello que desde Básquet Plus decidimos hacer un pequeño homenaje en el que reviviremos sus mejores partidos, aquellos que lo catapultaron a ser uno de los más destacados jugadores en la historia de la NBA, de Europa y del mundo. 

Los Angeles Lakers vs San Antonio Spurs: el alumno supera al maestro 

El calendario marcaba un 25 de mayo de 2008 y San Antonio Spurs se enfrentaba a Los Angeles Lakers por las finales de la Conferencia Oeste. Tras dos partidos en los que los texanos fueron dominados por los angelinos, Greg Popovich y su equipo debían actuar de inmediato para frenar el ímpetu rival, y quien sacó la cara por los suyos fue Manu Ginóbili. El escolta, que en ese tiempo aún tenía barba y hasta un poco de cabello, se echó la franquicia a los hombros y anotó 30 puntos (7/7 en libres) que permitieron a los locales llevarse un importante triunfo. 

Desde el primer minuto comenzó a causar estragos mediante acciones de pick and roll en los codos, especialmente en el derecho, en donde Sasha Vujacic, Vladimir Radmanovic y Kobe Bryant tuvieron que tomar turnos para intentar frenarlo. Ni los europeos ni el múltiple campeón lograron mitigarlo y el argentino constantemente castigó la defensa anotando triples cuando esta no llegaba al ajuste y atacando de manera agresiva el aro en el momento que punteaban su tiro. Con casi tres minutos por jugar, el bahiense fue sustituido y recibió una ovación de todo el AT&T Center para luego ir a sentarse al lado de su amigo, el otro argentino de la plantilla, Fabricio Oberto. 

 

 

Kinder Bologna vs London Towers: de Argentina a Italia sin escalas 

De local en Italia los del Kinder Bologna albergaban al London Towers de Inglaterra en otra jornada más del campeonato de Euroliga 2001. Esa noche, el argentino desató una furia que lo puso en boca de todos en Europa. Se despachó con 31 tantos (cinco triples), siete asistencias y cuatro robos. Estas estadísticas no hicieron más que confirmar su evolución desde un penetrador incontrolable a un jugador completo capaz de anotar desde media y larga distancia, generar ataque para el resto y defender al más alto nivel. 

Tras ese partido, quedó demostrado lo pequeño que ya comenzaba a quedarle el viejo continente a un jugador que, tras aprender gradualmente a dominar todos los apartados del baloncesto, hacía lo que quería en la cancha. Las comparaciones con Bodiroga o Petrovic no faltaban y las voces de su grandeza y rebeldía ya hacían eco en el otro continente, más precisamente en Estados Unidos. 

San Antonio Spurs vs Phoenix Suns: cuando quiera en donde quiera 

El 21 de enero de 2005 San Antonio jugaba en casa de Phoenix Suns, uno de los equipos más atractivos del momento, en el cual pregonaba la filosofía del run and gun, comandado por Steve Nash y Amare Stoudemire. Pero quien tuvo todas las miradas esa velada fue Ginobili, quien fue el caballo sin cabeza y sin montura, indómito e indefendible cuando penetraba con su mano zurda. 

Mike D’Antoni y sus hombres intentaron frenarlo con cambios, marcas de fondo, ayudas en la pintura y muchas otras variantes, pero Manu continuaba reacio y sus anotaciones permitieron mantener a flote a un equipo texano que no podía achicar la brecha de diez puntos. Finalmente, los visitantes pudieron sacar una luz de diferencia, pero un triple de Shawn Marion mandó las cosas a tiempo suplementario. Una vez allí, Ginobili despachó a todos con su energía inacabable. Finalmente terminó jugando 44 minutos y anotando 48 puntos (72,7% en tiros de campo), seis asistencias y cinco rebotes, que le dieron la trabajada victoria a San Antonio en Phoenix. 

 

 

Detroit Pistons vs San Antonio Spurs: la consagración 

Si hay un partido que confirmó a Ginobili como uno de los mejores jugadores del momento fue este, en las Finales de la NBA en el 2005 frente a Detroit Pistons, el equipo defensivo por antonomasia de la época. Los de la Ciudad del Motor recibieron toda la furia de la que, para muchos, fue la versión más prolifera y cercana a la perfección del argentino. Su manejo del ritmo del partido, el sentido del juego y la capacidad para entender el momento justo en el cual realizar cada movimiento prácticamente sin equivocarse fueron lo que hicieron su actuación única. 

El bahiense se fue a casa con 27 puntos y siete asistencias, pero lo más destacable fue el cuándo y el cómo lo hizo, puesto que 22 de esos tantos los consiguió en el segundo tiempo, en el instante en el que San Antonio más lo necesitaba. Ni Tony Parker ni Tim Duncan cargaron con la siempre pesada mochila de la espuela, sino que fue Ginobili el que se robó el show, el que mostró estar al nivel de los más grandes. Precisamente por esta clase de actuaciones la mayoría de los fanáticos alrededor del mundo expresaron su descontento cuando fue el número 21 elegido MVP de las finales y no Manu. 

 

 

Argentina vs Estados Unidos: seamos realistas y hagamos lo imposible 

En un país más acostumbrado al fútbol y a los fracasos, Ginobili y la Selección Argentina de básquet demostraron en Atenas 2004 que había otra idiosincrasia, otra manera de ser percibidos como país, como jugadores y como competidores enfervorecidos que eran. Hasta el día de hoy la medalla dorada en dichos Juegos Olímpicos es el hito nacional más grande, desde que Diego Maradona alzó la copa del mundo en Mexico 1986, y la mayoría de los jóvenes que hoy botan el balón vistiendo la celeste y blanca se criaron festejando este triunfo histórico. 

El abanderado principal de esta proeza fue Ginobili, que se dejó la piel en la cancha, en la escenografía más grande del planeta y contra el equipo más imparable de la competición. Contra todas las apuestas, los argentinos derrotaron de manera apretada a los norteamericanos y Manu fue el líder total del equipo, jugándosela todo el tiempo, recibiendo golpes y controlando los tiempos del partido como si el resto fueran marionetas. El número cinco fue una saeta simplemente imparable, anotando 29 puntos, tres rebotes y tres asistencias que le permitieron acceder a la final, en donde se enfrentarían y vencerían a Italia para consagrarse por primera vez campeones en las Olimpíadas. 

 

 

Ignacio Miranda/ [email protected]
En Twitter: @basquetplus
En Twitter: @nachomiranda14

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