Argentina

Julio Lamas y su primer auto: el Fiat 600 que le cambió la vida

11:04 11/07/2023 | El entrenador argentino recordó su primer vehículo. Su madre gastó sus ahorros para comprárselo. Pero el final del fitito no fue el mejor.

Julio Lamas y su primer auto: el Fiat 600 que le cambió la vida

El exitoso entrenador Julio Lamas tiene un gran recuerdo en el básquet argentino. Además de ser uno de los más exitosos en la Liga Nacional, sumando una gran cantidad de títulos, fue uno de los encargados de entrenar a la Generación Dorada en varias competencias internacionales.

Julio fue entrevistado en ADN+ y Car One para hablar sobre su primer auto y recordó: "Es imposible de olvidar, fue una cosa espectacular, una genialidad. Tenía 18 años cuando tuve mi primer auto, un Fiat 600 Blanco modelo 1972, usado pero muy lindo, que me regaló mi mamá con sus ahorros y esfuerzos. Si bien eran épocas en las que no sobraba el dinero, fue un cambio de vida rotunda poder alcanzar cierta libertad, cierta independencia, moverme como quería. En esa época hacía el curso de entrenador de básquet tres veces por semana y otras dos, estudiaba teatro en plena Capital. Siendo de San Martín, ese Fitito hermoso me cambió la vida, realmente”.

Luego agregó: "Ponerle nafta o comprarle una rueda nueva era una inversión casi descabellada, era complicado, pero así y todo me llevaba y me traía en un momento que recuerdo con mucha felicidad. Porque mantenerlo fue mi primera responsabilidad real, fue dar un paso hacia el mundo adulto, y en cuanto a lo más cotidiano, insisto que siendo de San Martín el último colectivo pasaba a cierta hora y poder superar ese límite, poder quedarme con una chica hasta la hora que quisiera, visitar amigos o lo que fuera, me permitió crecer en varios sentidos”.

Pero el fitito de Julio no tuvo un buen final y así lo recordó Lamas: "Lo que más recuerdo es que me quedaba sin nafta a menudo, porque hacía el cálculo de cuanto cargarle y a veces acertaba, pero muchas veces no, y lo dejaba donde se quedaba y luego tenía que volver a buscarlo. Hasta una vez, me quedé sin nafta en General Paz y lo dejé debajo de un puente, y al otro día cuando volví con el dinero para cargarle, el querido Fiat 600 blanco no estaba más, se lo habían robado, quién sabe cómo”.

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